Cuando vi este vídeo por primera vez, no pude dejar de recordar a mi madre con su aspiradora encendida a todo dar un domingo a las 6 de la mañana.
Lo único que quería era esconderme con este cachorro e intentar que, de algún modo, el sonido desapareciera.
Es tan tierno que da un poco de pesar verlo tan temeroso y lo único que provoca es apagar para siempre la aspiradora y abrazar al cachorrito.
Quizá, cuando crezca, este perrito desarrolla algún trauma y termine gruñendo a la aspiradora y las personas que la usan.
¿Crees que deberían tomarse en serio el caso? Puede que sí.
No hay que tomar a la ligera los temores de los cachorros, pues esto, al igual que en los infantes humanos, pueden desarrollarse como fobias y crear trastornos alrededor de estos miedos.