La infidelidad es la tentación que surge del deseo que a pesar que tiene pareja, no se conforma con una relación. Siendo el infiel egoísta por no pensar en el daño que le puede hacer a su pareja.
Existen muchas razones por las que vale la pena ser una persona fiel y leal en una relación.
Motivo para ser fiel
Al ser una persona fiel te sientes bien contigo mismo, sin motivo de enfrentar remordimientos de conciencia que suele sufrir los infieles tras caer en la tentación. Es mucha más agradable poder mirar a los ojos de tu pareja sin sentir el peso que produce la culpa de haber engañado a tu pareja.
Cuando uno comete una infidelidad creas en tu relación una fisura y una barrera tanto en el caso de haberlo confesado o en el caso de quedar en silencio. Por siempre existe una parte que es consciente de lo que ha sucedido. Es mejor vivir una relación tranquila sin perder el tiempo en fantasear con historias que no te competen. Piensa en lo feliz que eres con tu pareja y ropas ese lazo por una tontería que te puedes arrepentir en el futuro.
Tener relaciones paralelas es muy agotador, estresante porque el infiel siempre tiene miedo de ser descubierto. Acabando mal este tipo de historias porque siempre hay alguien que sale sufriendo mucho.
Uno debe ser feliz con su pareja, reforzar los vínculos y vivir un momento especial cada día. No significa que ser fiel es sencillo sino que debe primar el amor y el respeto al otro por encima de todo. Y obviamente, el respeto hacia uno mismo. Cuando los valores de una persona son fuertes y firmes es más consciente de decidir y elegir aquello que quiere y que no quiere hacer.
Consecuencia de la infidelidad
La infidelidad puede producir una gran decepción en aquella persona que se siente engañado y poco querido por su pareja. También puede ocasionar una ruptura automática y definitiva, por motivo, que ya no existe ninguna confianza. Hay casos en que la pareja sigue adelante después de una infidelidad, pero el precio que se paga aquí también es muy alto.