Lo ideal en toda relación es que exista el compromiso de ambas partes de no abrir oportunidades a una tercera persona que pueda ocasionar el quiebre de la misma. Pero suele suceder que con el paso del tiempo, siempre existe la curiosidad de saber qué pasaría si en nuestros corazones se diera paso a abrir otras puertas.
Está claro que al hacer esto, se está faltando a un acuerdo de exclusividad tácito o explícito con tu pareja lo cual trae consecuencias que muchas veces se llevan consigo la pérdida de la relación de pareja, la confianza y el compromiso.Lo ideal sería no desear probar otros sabores porque consideramos que el que tenemos nos satisface lo suficiente. Pero, ¿cuánto tiempo se podría mantener eso? La realidad es que ¡no podemos asegurarlo! Podemos tener la mejor disposición, nos puede encantar nuestro helado de chocolate, inclusive podemos amarlo, pero no podemos asegurar que será el mismo estado en unas semanas, en unos meses, en unos años… Menos durante toda una vida.
Es probable que el mismo sabor nos hostigue y que queramos probar otros, lo que no es válido es hacerle daño a nuestra pareja o a otras personas por lo que queremos. Por eso, es importante estar claro en lo que se desea y ser honestos, mantenernos fiel a quien queremos y nos quiere, seamos congruentes y si realmente ya no podemos sostenerlo, hagamos las cosas de la mejor manera, causando el menor daño posible.No nos preocupemos por el amor ahora, porque nadie sabe lo que sucederá mañana, vivamos el amor mientras dure, si dura toda la vida, ¡perfecto! pero no prometamos algo que puede escaparse de nuestras manos. No es lo mismo: ”te amaré y estaré contigo toda la vida” a “quiero amarte toda la vida y haré lo posible para que eso ocurra”.
El amor parte de la libertad y el respeto hacia quien amamos. Demos lo mejor de nosotros en nuestras relaciones, apostando y trabajando por la eternidad, pero si las cosas no salen como lo planeamos, no vivamos sometidos a una relación por obligación y antes de ser infieles, aprendamos a cerrar ciclos. Dejemos huellas en las personas con quienes estamos, no cicatrices… Por: Rincón del Tibet