Han surgido muchas investigaciones donde sugieren que la fidelidad está en los genes y que estos mismos pueden predisponer la vida de la pareja.
Estos genes o este gen no solo facilitan la atracción hacia las personas, sino que da una mayor estabilidad a la pareja establecida.
Compromiso, monogamia y la fidelidad está en los genes
Les hemos llamado gen de la fidelidad, pero este también puede ser conocido como el gen del compromiso, el de la vida conyugal o de la monogamia. Este recibe el nombre científico como RS334 y gestiona la vasopresina
Es una hormona que se relaciona con los afectos y las respuestas sexuales, la cual tiene mayor presencia en los hombres.
La fidelidad está en los genes y en las variantes genéticas de su conformación, la cual se traduce en una mayor o menor disposición y aptitud hacia la vida en pareja.
Tener una variante de estos genes o gen puede influir en la capacidad de compromiso en los hombres, en ser promiscuos o monógamos e incluso en la capacidad de lograr una convivencia amorosa con su pareja.
Investigaciones
Muchos estudios que se han realizado sobre si la fidelidad está en los genes nos llegan a creer que el futuro de las parejas está en manos de la biología.
Los hombres pueden no tener ninguna o dos copias del gen RS334. Los que carecen de esta variación genética, son los más devotos con sus parejas y los que no han temido llegar a casarse para formalizar su relación.
También éstos son los que no provocan reproches a sus parejas, a medida que éstos suman copias de estos genes, el comportamiento se vuelve contradictorio. Los hombres con dos copias de este gen no están tan dispuestos a casarse.
Si bien lo estarían, que puede ser el caso de más de uno actualmente, acumulan más crisis maritales y amenazas de divorcio en los últimos años.
¿Qué explicación puede dar esto?
La fidelidad está en los genes radica que cuando una persona se encuentra en una relación estable, cualquier tipo de amenaza es relativa. Cuando más comprometido uno se siente, menos atractiva piensa que es la que gente que amenaza esa relación.
Otros expertos no concuerdan con que la fidelidad está en los genes, aseguran que la infidelidad es una conducta y por lo que no está ligada o determinada genéticamente, no existen conductas innatas o heredadas.
Lo que realmente se hereda son estructuras que facilitan la aparición de ciertas conductas gracias al aprendizaje que se pueden obtener el entorno de crianza y donde se vive.
Las conductas se aprenden por lo que la infidelidad se adquiere por los medios y sistemas de creencias basados en ideas de que los hombres más mujeres tengan mejores hombres serán, sobre todo en la familias donde se llevan estos estilos de vida.
Las personas que sienten ese impulso de ser infieles deben aprender a controlar ello pueden utilizar estas razones:
- Abrir líneas de comunicación con la pareja
- Evitar situaciones de alto riesgo
- Ante la señales de peligro, acudir a terapeutas.