Tener elegancia va más allá de usar una prenda de ropa, está en nuestro modo de ser no en nuestra manera de vestir. Normas de etiqueta de vida son más fundamentales que las del closet, ya que la elegancia es sinónimo de educación y buena aptitud.
Distintas personas con mucho dinero pueden comprar ropa muy costosa y aparentar finura, pero la real elegancia se lleva en el interior. Elegancia es tener refinamiento con lo que se piensa y lo que se hace, luego de eso, se refleja en lo que llevamos puesto.
Acostumbrarme a ti, fue mi peor error. Ahora eres un simple desconocido.
Tú eres más fuerte que todo ese dolor que estas sintiento.
Pero al comienzo, la elegancia se traduce simplemente en educación y buenos comportamientos y para eso no se necesita llevar un bolso Louis Vuitton, el no poder sentir compasión, no tener respeto por los demás y no moderar lo que expresamos solo nos vuelve en seres corriente.

Una persona elegante modera el tono de voz, no le gusta el chisme, no inventa mentiras y no se regodea en la desdicha de los demás personas. Quien es elegante añade positividad, es un ejemplo de éxito y lleva mucha alegría, optimismo y verdad donde quiera que vaya.
5 razones por la que los hombres no se quieren casar.
Señales de que sufres bipolaridad y aún no lo sabes.
Alguien elegante no es oportunista, no pretende estar por encima de otras personas. Sabe disculparse y dar gracias, practica siempre la empatía y la colaboración y sabe reconocer las cualidades y dones de las demás personas.

Se puede decir que la elegancia no es nada de apariencia, sino más bien de los actos del día a día. Ya que elegancia como ya mencionamos, es sinónimo de respeto y educación.