Este tema siempre se ha tornado controversial por el hecho de juzgar de quien es el verdadero responsable.
El mundo entero siempre busca la manera de señalar a sus semejantes buscando o señalando sus errores y debilidades.
La infidelidad es una tela donde hay mucho que cortar y es lógico que sea un motivo para siempre caer en los prejuicios de quien tiene o no responsabilidad.
Señalar una situación y sus ejecutantes es fácil, cuestionar quien tiene la responsabilidad también lo es, pero muy diferente es el panorama cuando se vive la situación.
¿La culpa es del esposo o la amante? Averígualo acá
Buscar quien tiene la culpa, si el esposo, por ser quien tiene un matrimonio; la amante por ser la que tiene que respetar esa relación; la esposa por tener la responsabilidad de alimentar la relación y no “descuidarla”.
En fin, siempre se busca una manera de a quien achacarle las culpa. Sin embargo son muchos los factores que deben tomarse en cuenta en un trió amoroso.
El ser humano siempre está en la búsqueda de experiencias nuevas, y la infidelidad no es la excepción. Cada quien asume el rol que más le conviene y acepta las condiciones de ese rol.
En el caso de los hombres la sociedad se ha dado a la tarea de justificar siempre su infidelidad alegando “el es hombre” y siempre se verá beneficiado con los prejuicios propios del machismo.
Sus excusas serán siempre dirigidas hacia su pareja: “la culpa la tiene mi esposa porque no se arregla”, “no me comprende”, no tiene ya tiempo para mí”, “me siento cansado y aburrido”, “pelea mucho” etc.
Las amantes tienen menos justificación y son más señaladas, es en esencia, la villana del cuento.
En todo caso siempre las excusas más usadas suelen ser: “el que tiene un compromiso es el”, “yo soy soltera”, “el está porque quiere”, “yo le doy lo que ella no”.
Mientras tanto, la esposa siendo la “victima” de la historia alega ser ella la esposa y la otra amante, ella es la dama y la otra una cualquiera y así un sin fin de comentarios y controversias que a la sociedad les encanta juzgar.
Lo cierto es que en todo este juego de quien es la culpa (por supuesto nunca de la vaca), nadie esta excepto de ser víctima de una infidelidad o estar involucrada en una.
En los tríos amorosos nada esta descrito pues lo que empezó como un juego puede tornarse más serio y lo que creías consolidado pues a la larga te das cuenta que nunca lo estuvo.
Lo cierto es que el ser humano es cambiante y en cuestiones de sentimientos todo puede pasar. Lo más sano es saber reconocer cuando los códigos de respeto, solidaridad y confianza se han roto y darse cuenta cuando es el momento de decir adiós y volver a comenzar.