Juntos sonábamos mejor, pero debimos detener la música.

292

Cuánto amor no se entrega en los primeros meses de una relación, cuánto amor no se da cuando estás conquistando a una persona.

Todo esto es verdaderamente bonito y especial. Te sientes en una nube donde  quien te conquista te elevó, piensas que eres la persona más afortunada del mundo y no quieres que eso pare.

Ads

Luego, puede que ese amor desvanezca y te empujen de esa nube de manera brusca.

Ads

Por eso hoy te traigo esta historia real de Señorita Lechuga.

“Una sinfonía es sonar juntos” relata Señorita Lechuga.

Esta historia se trata sobre el amor de esta mujer hacia un hombre y  lo tan especial que se sintió.

Relata que juntos sonaban mejor. Cuando viajaban y escuchaban una canción, compartían música, cuando cantaban con aquel amor, placer, sin importar nada, como si fuera un concierto eterno, un viaje en el que se conocían cada vez más.

En su primer mes, él le regaló flores, un ramo de rosas, así celebraban ese tiempo juntos.

Ads

En el segundo, realizaron un picnic donde cada quien colaboró y llevo cosas necesarias para poder tirarse al césped ver el cielo y poder respirar paz juntos; no hacía falta más nada, “era una postal eterna del amor primero” comenta Señorita Lechuga.

Al tercer mes, señorita Lechuga quería ser quien obsequiara esta vez.

Emocionada, le mandó dos boletos de entrada para un gran concierto que no era ese día pero era dentro de un poco tiempo y ella quería compartir ese momento con él ya que ese grupo lo conocían los dos y las canciones sonaban a ellos.

“El ritmo cambió, empezó a ir a su paso, quizás un poco más lento, yo un poco más rápido, no era entonces una sinfonía” relata esta mujer.

 

Pensó que quizá él se enfermó del oído y no escuchaba sus deseos, y ya los objetivos eran totalmente diferentes a los de ella.

Ads

 

Su lista musical pasó de ser música romántica a tristes canciones. La música cambió y esos boletos quedaron ahí.

Sin embargo, ella piensa que la música es una sin fin de nostalgia que va hacia tu encuentro o de tus allegados.

Ella decidió imprimir los boletos del concierto e ir con una gran amiga que también los escuchaba.

 

Piensa que la música sigue sonando, que esa música le relata más de esa persona que fue y que gozó, pero ya no está.

Ads

 

Ads

También, piensa que la vida debería ser un concierto eterno.

 

Quizá llegue otra persona que te tome de la mano y que sea un concierto diferente, que te de un beso conquistador a mitad de una canción, y que tal vez entregar un boleto a otra persona sea esa muestra de que la vida es un constante cambio y crear planes no sirve.

 

Al final ella toma la decisión de terminar esa sinfonía de amor.

Ads

“La música  nos marca una etapa en la vida; algunas voces le ponen la letra a nuestras emociones, y al final ese es el sentido de todo esto: que la vida sea un concierto aunque sea en tu imaginación” reflexiona Señorita Lechuga.

 

Señorita Lechuga es un dúo que está formado por dos mujeres maravillosas, Andrea Chavarín y Yolanda Morales. Este dúo cuenta sus experiencias mediante ilustraciones y frases llenas de amor, fuerza, desamor, valentía y enseñanzas.

 

Para más historias de ellas puedes buscarla en sus redes sociales y aprender sobre estas maravillosas chicas.