“El Principito” es la novela más famosa del escritor francés Antoine de Saint Exupéry. Fue publicada en el año 1943 y es el libro francés más leído y traducido de la historia.
Aparte de ser un libro de recomendada lectura en el sistema educativo de varios países, “El Principito” es una historia que guarda gran cantidad de sabiduría y de lecciones básicas para la vida.
Al primer amor se le quiere más, al resto se le quiere mejor.
Todos aprendemos mucho de nuestro primer amor, cómo queremos que nos traten y cómo no.
Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos.
Queramos o no, la vida da muchas vueltas y debemos saber adecuarnos a cada situación.
Cuando encuentras un diamante que no es de nadie, es tuyo. Cuando encuentras una isla que no es de nadie, es tuya. Cuando eres el primero en tener una idea, la haces patentar: es tuya. Yo poseo las estrellas porque jamás nadie antes que yo soñó con poseerlas.
Existen ciertas cosas que son patrimonio de toda la humanidad, no podemos ser dueños de absolutamente todo.
El principito, que me hacía muchas preguntas, jamás parecía oír las mías.
Debemos saber escuchar a los demás, es una parte muy importante de una conversación.
Eres el dueño de tu vida y tus emociones, nunca lo olvides. Para bien y para mal.
Somos responsables de todo lo que nos sucede de forma directa o indirecta.
Es muy triste olvidar a un amigo. No todos han tenido un amigo.
Los amigos son un bien muy escaso, tener amigos de verdad es algo muy difícil de encontrar.
Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.
Cuando somos adultos damos por hecho que lo sabemos todo de la vida y realmente no es así.
Lo que veo aquí es sólo una corteza. Lo más importante es invisible.
Las cosas importantes de la vida muchas veces son invisibles a la vista como: las emociones, los sentimientos o las ideas por ejemplo.
Los hombres se meten en los rápidos, pero no saben dónde van ni lo que quieren. Entonces se agitan y dan vueltas.
Muchas veces nos vemos envueltos en situaciones de las que no podemos salir sin ayuda.
Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya.
Luchar por nuestros sueños es algo que todos debemos hacer, buscar nuestra propia felicidad.
Se debe pedir a cada cual, lo que está a su alcance realizar.
Cada persona tiene sus propios límites en la vida y muchos de nosotros desconocemos cuáles son los propios.
Todas las personas mayores fueron al principio niños. (Aunque pocas de ellas lo recuerdan)
Una cita muy acertada que nos anima a permanecer en contacto con nuestro niño interior.
Únicamente los niños saben lo que buscan. Pierden el tiempo con una muñeca de trapo que viene a ser lo más importante para ellos y si se la quitan, lloran.
Cuando somos niños somos más conscientes de qué es exactamente lo que queremos en ese momento, además podemos vivir de una forma mucho más intensa el momento.