Cuando te expones con tu pareja al resto del mundo todo parece ser perfecto, o al menos te esfuerzas en que parezca así. El problema llega cuando incluso entre amigos o, especialmente cuando cierras la puerta de casa, los problemas de una relación salen a relucir sin poder contenerte.
1. No eres tú mismo entre amigos
Existen dos versiones de ti: la del amigo que viene sin su pareja y cuando vienes con ella. Muchas personas se ven limitadas por esa otra persona que no comparte ciertas opiniones, que le corrige en público o puede sentir celos fácilmente cuando se habla de aquella conocida o exnovia. Cuando debes medir todo lo que dices estando tu pareja delante algo denota que posiblemente todo es mejorable. Y lo peor es que tú lo sabes.
2. No puedes hacer nada solo
Mucha gente confunde el amor con el hecho de pasar 24 horas al día con esa persona. Por conceptos así llegan problemas como esa incapacidad para estar una tarde de sábado solo en casa o incluso salir a correr por el parque un lunes por la noche. Necesitas hacerlo todo con la otra persona y crees que debe ser así porque se quieren, pero oculto yace el único motivo: una total dependencia que obedece a aspectos mucho más personales.
3. Tampoco le dejas hacer nada sola
Este aspecto podría estar íntimamente ligado al anterior si no fuera por un recurrente detalle: los celos. Tratar de controlar a tu pareja porque la consideras más guapa que tú, porque trabaja con un exnovio de hace diez años o porque te llevaste una mala experiencia anterior siguen demostrando que debes solucionar problemas que nacen en ti y que están afectando a tu relación. Al igual que el ítem 2, la resolución es la misma, pero los motivos son totalmente diferentes (y opresores).
4. Rompen y vuelven (muchas veces)
Existe la creencia de que las parejas que constantemente se separan para volver a los pocos días obedece a una incompatibilidad ligada a la pasión, a esa versión del amor tormentoso que vimos en las películas. Existen personas que necesitan de estos “estímulos” para valorar más a otra persona o sentirse más deseada cuando en realidad lo único que consigue es hacerse más daño. El amor no tiene que ver nada que ver con la autodestrucción.
5. No cree en tus sueños
Cuando le cuentas a tu pareja un proyecto que te ilusiona mucho y ella no responde de la misma forma algo pasa. Querer a alguien significa comprender sus inquietudes y apoyarle a llevarlas a cabo sea cuales sean, sí, aunque estas incluyan viajar en solitario una semana, cursar unos estudios que la llevarán a dejar el trabajo… Lo peor es que no hacerlo conlleva que meses después te lo recrimine y explote la bomba.
6. En la cama te gusta pero…
El sexo, esa parte tan infravalorada de la relación a la que muchos no dan la importancia que se merece cuando la situación se ha vuelto “más estable”. Sin embargo, pasará el tiempo y tú seguirás teniendo unas fantasías que tu pareja no comparte, harás el amor una vez cada dos semanas y cuando le sugieras más sexo del establecido te rechazará sutilmente.
Estas 6 cosas que demuestran que tu relación no es sana puede que no sean detectadas en un primer momento. De hecho, posiblemente tus amigos y familiares se hayan percatado de algunas de ellas antes de que tú veas que la situación es insostenible. Si alguien de tu confianza te lo ha dicho ¿no crees que es momento de redefinir tu relación?
Fuente: Vix
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