A veces malgastamos tiempo en adecuar nuestras acciones o pensamientos acorde a lo que otra persona quiere, sin embargo es una pérdida de tiempo hacerlo e inclusive puede ser muy perjudicial, pues nos puede a llegar a separar de nuestra propia identidad.
¿Por qué ocurre esto?
Al estar pendientes de lo que dicen de nosotros otras personas, implica que salgamos de nuestro propio camino tomando el riesgo de no volver a encontrarlo. Sin darnos cuenta estamos malgastando esa energía en pensar y en ser quien no somos en vez de utilizarla en conocernos, a profundizar en nosotros.
¿Cómo podemos cambiar esta forma de actuar?
Bueno, no es tan fácil porque vivimos en una sociedad donde nuestra reputación es importante y cualquier opinión que la pueda afectar, puede llegar a causarnos daño.
Sin embargo ser esclavos del qué dirán todo el tiempo puede resultar peor. Creo que el punto en el cual empieces a cambiar tu vida y mejorarla, será aquél en que seas libre de lo que digan o piensen los demás.
Cuando deja de importante lo que digan los demás te vuelves mucho más independiente y sobre todo feliz, haces lo que realmente te gusta sin temor.Y es, en ese momento, en que tu reputación depende de ti, y no lo de lo que digan los demás de ti, cuando empezarás a aceptarte y a vivir la vida que tu quieres.
Un sencillo ejercicio para conseguirlo es simplemente, parar. Detenerte y pensar ¿quiero hacer esto? Si no es así, si no sientes que tenga nada que ver contigo, simplemente ignóralo.
Dedica esas energías de negación a algo más productivo y que te haga sentir más feliz.
Preocúpate por lo que piensas tú respecto de ti mismo, ¡no por lo que los demás piensen de ti!
Fuente: Vaso Medio Lleno