La infancia es una etapa de aprendizaje y desarrollo de habilidades que conformaran nuestras aptitudes en la adultez.
En la edad adulta resulta importante poner en práctica los valores y educación tanto cognitiva como emocional que en la infancia hemos aprendido y que nos afianzará como adultos maduros y preparados.
Muchas personas llevan consigo traumas o acondicionamientos desde la niñez que los marcará durante toda su vida y que los lleva a actuar de manera contraria a lo que algún día soñó hacerlo.
Averigua lo que causan las heridas de la infancia y resuelve ese problema.
Según el psiquiatra chileno Claudio Naranjo “el problema del sufrimiento del adulto parte de su niñez, cuando los padres descargan la dureza que cargan con ellos y lo hacen de manera violenta”.
Generalmente la educación de los niños es condicionada mediante el miedo; la palabra que más escucha un niño es “no”.
Según el experto, el adulto para lograr una verdadera transformación, debe trabajar en su interior, solo ahondando en sus miedos y luchas internas puede lograr ser una mejor persona.
Desde esta perspectiva podemos mejorar también la educación de nuestros hijos.
En la mayoría de los casos, las personas no se toman el tiempo de trabajar en las carencias que manifiestan durante toda su vida y que afecta sustancialmente la educación de sus hijos, así como también su vida social y su comportamiento en la misma.
La mayoría de las carencias y dolencias emocionales que tiene el adulto, vienen desde su niñez, etapa que además de ser de suma importancia para todo ser humano, marca la pauta para un buen o mal desenvolvimiento del adulto durante toda su vida.
Según el Dr. Claudio Naranjo, se debe aprender a decir “si” o “no” cuando se deba y asegura que “desde allí es donde se encuentra el amor propio”.
Es importante señalar que debemos partir por el principio superior de todo ser humano: amarse primero, para luego amar a los demás.
Cada individuo tiene diferentes necesidades, es diferente cada proceso de aprendizaje, cada experiencia le da al hombre una enseñanza.
Es desde su interior donde radica el poder de transformarse y dejar atrás temores y ataduras emocionales que puedan estorbar en su desarrollo como mejor individuo, tanto para el mismo como para la sociedad que conforma.