Desde un inicio sabía que esta relación no iba a tener un buen final. Ya sabíamos que no iba a funcionar y creo que eso fue lo primero malo que hicimos. Nos adelantamos a los hechos. Pero era inevitable no pensar en eso, más cuando fui yo quien te exigió que estuviéramos en una relación, sabiéndome que no me querías como pareja sólo como amigo.
Sabía desde un principio que el que tomó la iniciativa de formar una relación fue mía y que aunque sabía que no me querías como yo te quería a ti, me arriesgue a formar parte de tu vida.
Al inicio todo iba bien, comenzamos a tener momentos únicos. Como lo teníamos cuando éramos amigos, lo malo es que no te gustaba que te tomara de la mano, te incomodabas un poco. Aunque hacías el esfuerzo de abrazarme y darme besos, pero sé que te incomodaba hacerlo. No te salía para nada natural, eras como un robot que estaba programado a hacer ciertas cosas. Era como: Salida juntos – agarrada de mano –beso – conversar – agarrada de mano – beso…
Al principio no era consciente de lo que sucedía porque me encontraba cegado del amor que te tenía. A parte tampoco quería verlo, era muy egoísta. Sólo quería tenerte a mi lado sin importar como fueran tus sentimientos. Todavía te dije que no importa si no me quieres, si no eres afectuosa. Yo igual te voy a dar todo lo que te mereces.
En un comienzo estuvo bien, hasta me decías que eras afortunada de tener un amor que no pedía nada a cambio. Pero mientras fue pasando el tiempo, comencé a sentirme solo a pesar que estaba contigo. Desorientado con la vida, no comprendía que tanto la podía amar que no aceptará ningún cariño de ella. Era patético poder estar con alguien que no me quería, que sólo me veía como un amigo que ahora le tomaba la mano y celebrábamos fechas juntos.
Comencé a sentirme miserable, mal, triste y lleno de ira, por amar a alguien que no me correspondía. Tome la decisión de terminar con esta relación, no podía seguir viviendo en una ilusión que estaba ya afectándome. Y aunque me decías que te encontrabas bien conmigo, sabía que no era lo suficiente porque estabas aún sin amarme.
Era momento de separar nuestros caminos al punto de también de dejar de ser amigos, al menos por un tiempo. Hasta que toda esta confusión termine y podamos retomar nuestra vida que teníamos antes como amigos, como si nada.