Para muchas personas que, los seres humanos que les rodean, tienen netamente una aptitud utilitaria y pueden ser fríos y calculadores al momento de tomar la decisión de con quienes se rodean. Lo más cumbre es que le brindan poca importancia lo que los demás puedan sentir por ellos, solo les importa el beneficio que puedan adquirir de esa relación en algún momento del presente o a futuro.
No podemos observar a las personas como si se tratase de proveedores de servicios o si solo sirvieran para satisfacer nuestras propias necesidades, tenemos que considerar que cada persona tiene sentimientos, proyecciones, expectativas, que pueden llegar a nutrirse de mentiras, por tener a su alrededor individuos que lo mantienen allí solo a nivel de contingencia por si se llegase a necesitar.
Puede haber diversos intereses, pero sin importar las intenciones finales, a cada persona hay que respetarlo, permitirle que pueda hacer su vida, no conservarlo cerca si no se tienen intenciones diferentes de utilizarlo a futuro.
Debemos recordad que de lo que sembramos, cosecharemos, si mantenemos cerca de nosotros a las personas que nos quieren y aprecian, solo por interés, sin ninguna retribución sincera, sino casi a nivel de inversión de capitales, muy posiblemente, que antes de lo que nos demos cuenta, empezaremos a recibir el amor distorsionado, interesado, calculado y el amor de repuesto.
No hagamos las cosas que a nosotros no nos gustaría que no hicieran, hay momentos que no nos damos cuenta cuando estamos utilizando a una persona, inclusive en estos casos podemos llegar a un estado de arrogancia que nos haga creer que inclusive le estamos haciendo un favor a la persona que mantenemos cerca, solo por el privilegio de darnos a nosotros.
Debemos comprender que nadie vale más que nadie, si nosotros no sabemos cómo querer, liberemos a quienes si son capaces dentro de esa despensa y dejémoslos marchase, a un lugar donde verdaderamente sean queridos, valorados y respetados. Aunque es mucho más posible que el otro lado aterrice primero y se dé el valor que le corresponde dando en donde pueda ser correspondido, sin intereses de fondo y en relaciones honestas donde la interacción es beneficiosa para ambos lados.