Para bien o para mal, la única persona de la cual no puedes prescindir en tu vida, eres tú. El resto, llegará y se irá cuando sienta que ya no necesitan de ti. Por eso, solo los verdaderos amigos y los amores que se mantienen fuertes, perduran por sobre todas las cosas.
¿No te ha pasado que en tus redes sociales puedes llegar a tener más de 500 amigos y solo hablas con 2 a lo mucho? Esto es lo que pasa con nuestra vida real. A veces, nos rodeamos de gente tan innecesaria para nosotros que terminamos hundido en un mar de nombres sin rostros.
De ese mismo modo, esas personas te ven a ti. Eres un grano más de arena en el desierto para ellos, y una vez que han explotado tu valor, ya no les importa si te quedas o te vas. Por eso, hay que saber decir adiós a quien no te necesita, porque el espacio y tiempo que ocupamos prestando atención a ese tipo de persona, podemos gastarlo de mejor manera, en nosotros mismos o en aquellos que están a tu lado sin esperar nada a cambio, solo porque les gusta tu compañía.
Ese son los tipos de personas que tú mereces, aquellos que están contigo como amigos o como una pareja, porque te valoran por lo que tú eres, y no por lo que tienes para ofrecer. De lo contrario, si nos juntamos con gente que solo está ahí cuando tenemos algo que dar, entonces… ¿Quién quedará cuando tengamos las manos vacías pero el corazón lleno?
¿Cómo saber cuándo ya no nos necesitan?
A veces, no es fácil darse cuenta de ello, porque algunas personas parecen quedarse y al mismo tiempo alejarse, lo que nos provoca una confusión y nos hace preguntarnos “¿Qué diablos quiere?”.
Quién quiere estar contigo o disfrutar de tu compañía, te busca sin que tu tenga que estar detrás de esa persona. Quien se siente grato con tu presencia, busca la manera de hacerte sentir “querida” o al menos, “importante”. Esas personas que están ahí para hablarte solo cuando necesitan un favor, son esos típicos parásitos que debes purgar de tu vida.
Quien ya no te necesita, no se molesta en dar explicaciones de por qué desaparece o por qué ya no te escribe. Quien ya no te necesita, no te incluye en ninguno de sus planos. Quien ya no te necesita, simplemente te trata de manera indiferente de a ratos, y con cariño, solo cuando va a pedirte algo.
No llenes tu vida con corazones vacíos. Llena tu vida con gente que valga la pena y que reconozca en ti, tu esencia y tu dignidad.