Estar soltera, es una etapa donde se tiene la oportunidad de disfrutar al máximo. La soledad no es mala, al contrario, lo ideal es aprovechar este período para enriquecer nuestra vida en positivo.
La idea es que nos concentremos en cuidar de nosotras como lo haríamos con un jardín, ponerlo bello, llenarlo de flores. Vibrar tan alto que las personas que lleguen a nuestra vida, sean solo aquellas con las que realmente vale la pena compartir el tiempo.
Si aún no se ha encontrado al amor de nuestra vida, debemos estar tranquilas, no se trata de nosotras, o de que algo anda mal. Probablemente sin darnos cuenta, nos hemos convertido en una persona más selectiva en cuanto a relaciones románticas se refiere y eso está perfecto.
La realidad y bien lo sabemos, es que si quisieramos ya tendriamos una pareja, tomando la primera opción de las muchas que llaman a la puerta, pero que simplemente no hemos querido tomar porque no nos convencen.
Si estamos en la etapa de los treinta (30) y estamos solteras, seguro sabemos elegir con quién salir y con quién no, es una de las mejores cosas que pueden pasarnos en esta etapa. Así que sigamos adelante en nosotras y solo en nosotras, mientras llega esa persona de nuestros sueños.
Lo reconoceremos de inmediato, pues todas sabemos cómo es el hombre perfecto para una relación. Así que también, lo mejor es mantenerse con los ojos bien abiertos y, nada de aceptar citas solo por no estar solas, o romances no formales, solo por pasar el tiempo, pues aunque no se crea, sólo estaremos perdiendo el tiempo y para nada. 
Así que mientras llega nuestra media naranja, concéntremonos en construir la mejor versión de nosotras: hagamos ejercicio, cuidemos nuestra alimentación, de poco en poco, si somos constante apliquemonos en estos aspectos, y esto nos ayudará a lucir como siempre hemos querido, pues, aunque el físico no lo es todo, nos funcionará para sentirnos bastante bien.
Aprovechemos también para cultivarnos, aprender nuevas cosas, tomar cursos, leer, aprender un nuevo idioma. Quién sabe, quizá en ese camino cupido afine su puntería y nos pone en el camino a un hombre que este a nuestra altura y cumpla con nuestras expectativas.