Querido Padre celestial, agradezco por lo que tengo y por lo que me has quitado, porque todo ha sido una enseñanza maravillosa.
Dios, te has encargado de cuidar mi corazón y mi alma, te has llevado todo lo que trae oscuridad y haz hecho de mi camino un lugar más tranquilo. A veces he intentado aferrarme a todo aquello que no es tu voluntad, pero de alguna manera te has encargado de alejarlo de mí para hacerme más feliz.
Señor mio, a veces me invaden pensamientos negativos como la tristeza, la falta de amor, la soledad, etc. pero mientras practico la gratitud me doy cuenta que la mayor parte del tiempo solo necesito alimentar mi espíritu con más de ti, llenarme de tu presencia, para que los vacíos y la oscuridad se vayan.
Doy gracias porque nunca me has abandonado. Dame la seguridad y la confianza que necesito para seguir avanzando. Ayúdame a vencer mis miedos, haz que mi fe crezca con tu amor y tus pequeñas demostraciones día a día.
Deseo confiar y creer que ninguno de mis pasos son al azar, que tú tienes el control de todas las cosas y me tienes en la palma de tus manos. Dios mío, sé mi luz, mi guía en este camino llamado vida y llévame por la senda correcta. Si fallo o si tropiezo, te pido que me mires con ojos de misericordia, que tu mano amorosa me levante y me limpie.
Dios, tengo dudas y eso me hace sentir culpable, muchas veces incluso las dudas me alejan de ti. Pero quiero disuadirlas todas, quiero conocerte y verte reflejado en cada aspecto de mi vida. Estoy aprendiendo a mostrarme tal cual soy, a través de oraciones no repetitivas, estoy aprendiendo a ser transparente delante de ti, porque sé que solo a través de la sinceridad dos personas pueden conocerse.
No busco auto convencerme, Dios, yo en realidad quiero verte. Te espero con ansias y no quiero que los problemas de la vida diaria me abrumen y me alejen de ti. Quiero tener una relación contigo que dure para siempre, que en todos los escenarios seas mi amigo, mi padre, mi Dios.
Líbrame de los conflictos, de ahuyenta el mal, aleja a los astutos que quieren sacar provecho de mí. En su lugar atrae bendiciones, envía a verdaderos amigos, pon personas solidarias en mi camino y abre puertas que nadie pueda cerrar.
Señor, te agradezco por todo lo que me has dado hasta ahora. Si me fijo bien, he sido de los afortunados, has alumbrado mi camino con tu luz y me has saciado de todo bien y justicia. Gracias, gran redentor, por librarme siempre de los peores escenarios, hoy acepto tu amor, tu inmensidad, tu voluntad para mí y tu perdón.
Te pido en el nombre de tu hijo Jesús que hagas prevalecer tu propósito en mí, que hagas de mis caminos tus caminos y que tu voluntad se haga realidad en mi vida. Ayúdame a seguir tus pasos y alcanzar todo lo bueno que dispusiste para mí.