Es bastante normal que, en el momento en el que nos molestemos por algo, vamos a querer demostrarlo y gritarle a todo el mundo lo enfadados que estamos. Porque no, no podemos dejar que absolutamente nadie pase por encima de nosotros. Pero ojo, lo mejor para resolver cualquier problema siempre es hablar.
Por ello hoy te vamos a explicar cómo lidiar con esta realidad tan frecuente:
- El enfado que está en mí y tú no puedes ver
Esto sucede frecuentemente con las mujeres, debido a que pretenden que el hombre siempre tiene que saberlo todo y la verdad es que los hombres no se dan cuenta de absolutamente nada. El “haz lo que quieras” “No me importa” ellos no lo ven de otra manera, si le dices a tu pareja que no te importa que salga con su ex porque ahora son amigos, él va a pensar que realmente no te importa y nunca sabrá que estás molesta. Lo recomendable en estos casos es SIEMPRE decir lo que realmente piensas, porque los hombres son bastante malos para comprender las puntas que lanzas.
- Desenredar el hilo del enfado antes de que mueras en el intento
Un pequeño enojo siempre va a poder desarrollarse y evolucionar en algo peor, los mayores problemas están hechos de problemas mucho más pequeños, es algo así como un vaso de agua, cada gota es algún enfado y esa pequeña que derrama el vaso puede convertirse en un caos total. Por ello acá te mostraremos unas claves bastante sencillas para que reflexiones y te servirá de ayuda para poder prevenir el impacto de los enfados cada día.
Las claves
- Sentir rabia por una situación en específico es bastante normal y es muy necesario. Es así como podemos desplegar los mecanismos de defensa que habitan en nosotros. Eso sí, el enfado tiene que tener una finalidad constructiva, no es otra que para resolver los problemas en una situación de conflicto.
- Tomar conciencia sobre nuestro nivel de euforia. Cuando tenemos demasiados nervios, podemos dejar que nuestra rabia nos consuma, por ello eso será demasiado complicado para razonar normalmente y tomar buenas decisiones. Debemos respirar, calmarnos y despejar nuestra mente.
- Siempre hay que reflexionar y analizar lo que nos sucede, lo cual no es tan sencillo, pero siempre pensando en función a los demás y en cómo le hemos hecho tanto daño a tantas personas con nuestra actitud y, por consiguiente, ir a buscar ayuda profesional para resolver este problema.