La verdad, es que no existe ninguna forma correcta de celar a la pareja. Ya que cada miembro de esta, tiene derecho a su individualidad, lo cual incluye el derecho a tener amigos del sexo opuesto y a su privacidad, hablando específicamente del uso del móvil, así como contraseñas de redes sociales.
Ninguna relación que presuma de amor verdadero lleva celos de por medio. Es un completo mito esa frase que predica la mayoría de las personas en la sociedad: “Si hay celos es porque hay amor” o “Si te cela es porque te quiere”. Estas promulgaciones generalizadas son completamente falsas, pero, lamentablemente todavía hay personas que creen todo lo contrario.
Los celos derivan de la inseguridad, y ese sentimiento para nada tiene que ver con el amor. Celar a la pareja, solamente abrirá la puerta a una relación tóxica, en donde el control de uno sobre el otro, los hará sufrir como no se imaginan.
Por lo que es mejor evitar hacer la vida de ambos miserable, y dejar los celos a un lado. En principal, se debe saber que quien cela, por temor a que su pareja lo engañe con alguien más, solamente hace evidente que él o ella sería capaz de hacer lo mismo.
La libertad debe ser fundamental en una relación de pareja. Por supuesto, en correspondencia a este sentimiento está el respeto reciproco entre la pareja.
Es decir, el hecho de que se sea libre no significa que se va ser infiel a la pareja a la primera oportunidad, pues está implícito que una relación conlleva exclusividad, a menos que hayan acordado lo contrario (y en ese caso, los celos mucho menos tienen razón de ser).
Debemos siempre recordar, que la persona que esté a nuestro lado no es de nuestra propiedad. Hacernos la idea, y estar claros que una relación implica un riesgo y la infidelidad, siempre está al acecho, pero eso no da el derecho a controlar a la otra persona.
Lo más sano, y mejor para una relación es cultivarla, a fin de que el amor perdure el mayor tiempo posible.