El proceso de duelo puede varias, todo depende de cómo ha sido la ruptura. Cuando el enamoramiento perdura más allá de la ruptura, o existen aún sentimientos encontrados, el deseo sigue presente de algún modo.
Te brindamos las cuatro etapas más incómodas que produce una ruptura:
Desorientación
La persona se siente insegura respecto a lo ocurrido. Se realiza un montón de preguntas y no tienen aún idea de lo que ha pasado. Revisa el pasado en busca de respuestas, sin observar la conexión lógica entre el ayer y el ahora. Muchas personas se encuentran de golpe con el desamor, son pocas observadoras ante los indicios precios de lo que está por venir.
Frustración
Las preguntas habituales que se hace es: ¿Por qué me está sucediendo esto? ¿Qué he hecho mal en esta relación, para merecerme esto? Esto refleja el discurso interior de quien experimenta la frustración de aquello que pudo ser y no fue. Le pone palabras a los sentimientos, empeorando así la situación.
Soledad
Aunque esté rodeada de amigos y familiares, ese desamor le ha dejado un agujero que es muy difícil de cerrar. Se siente vacía, como si no le importará a nadie. La soledad se siente más cuando aún se siente enamorada de esa persona.
Melancolía
El fruto de la soledad, frustración y desorientación viene lo más intenso que es la melancolía. No quiere aceptar que esto ha terminado, así que busca contactarse con su expareja, agarrándose de cualquier excusa. Quiere recuperar ese amor perdido.
Estás cuatro etapas son incomodas. Pero son terapéuticas para poder avanzar hacia el desarrollo personal, asumiendo que el ayer ya no forma parte del ahora. Aquí el protagonista comienza a escribir nuevos momentos y otras vivencias. De eso trata el desamor, de continuar creando felicidad en circunstancias diferentes.