Las numerosas bajas laborales derivadas del estrés térmico son una consecuencia. No solo en España, ciudades como Berlín o París han llegado a temperaturas de 42ºC.
Por tanto, este cambio de la temperatura del ambiente afectará a nuestra temperatura corporal, repercutiendo en lo que conocemos como estrés térmico. El estrés térmico es la acumulación de calor en el cuerpo que impide que mantengamos una temperatura corporal normal.
Un cuerpo humano sano mantiene una temperatura corporal constante de aproximadamente 37 °C. Una fluctuación de menos de 1 °C, dependiendo de la hora del día, el nivel de actividad física es aceptable por el cuerpo humano.
Por el contrario, un cambio de más de 1 °C en la temperatura corporal se produce solo en caso de enfermedad o cuando el cuerpo no puede soportar las condiciones ambientales, como el calor extremo.
El estrés térmico es una acumulación de calor en el cuerpo que impide que el trabajador mantenga una temperatura corporal normal. Un trabajador que no puede enfriar su cuerpo a través de la transpiración se expone a graves trastornos por calor. Trabajar a altas temperaturas plantea un riesgo para la salud y la seguridad y puede provocar un golpe de calor fatal.
A medida que aumenta la temperatura ambiente, la temperatura corporal tiende a aumentar. El cuerpo entra en modo de reacción al aumentar el flujo sanguíneo y hace que funcionen las glándulas sudoríparas.
Por lo tanto, el cuerpo aumenta la velocidad a la que pierde calor para reducir su carga térmica. En un calor muy severo, la ganancia de calor excede la pérdida y aumenta la temperatura corporal, lo que plantea riesgos para la salud.
Factores que pueden causar estrés por calor:
- Altas temperaturas.
- Alta humedad.
- Un trabajo físicamente intenso.
- Falta de hábito en el trabajo en condiciones de mucho calor.
- Descansos insuficientes.
- Deshidratación.
- Malas condiciones de trabajo.
- Ventilación inadecuada.
- Trabajar bajo la luz solar directa y sombra insuficiente.
- Trabajar cerca de electrodomésticos que emitan calor (buzos, limpiadores, etc.).
Para evitar el estrés térmico, toda empresa debe adoptar las siguientes medidas:

- Asegurar una ventilación adecuada.
- Proporcionar ventiladores para enfriar el aire, a menos que la temperatura alcance más de 35 grados centígrados, en cuyo caso los ventiladores son más dañinos que útiles.
- Proporcionar áreas sombreadas para el trabajo al aire libre.
- Disponer de suficiente agua fresca para los trabajadores.
- Diseñar descansos adicionales y ciclos de trabajo cortos.
- Hacer el trabajo físicamente exigente en las horas de temperaturas más bajas.
- Apagar los dispositivos generadores de calor cuando no estén en uso.
- No realizar trabajos físicamente exigentes por parte de trabajadoras embarazadas.
- Capacitar a los trabajadores para reconocer y prevenir el estrés por calor.
- Llamar a un médico si un trabajador se siente enfermo, mareado, tiene náuseas, piel irritada, debilidad o problemas de visión repentinos.
- Proteger o aislar superficies calientes en lugares de trabajo.
- Proporcionar aires acondicionados y ventiladores.
- Implementar un proceso de aclimatación gradual para todos los empleados que trabajan en entornos de alta temperatura.