
Cuando no estaba fuera de la ciudad, el abuelo y Coco pasaban todo el día viendo televisión en su mueble favorito. No obstante, ya su sillón ya estaba algo deteriorado así que fueron a una tienda a comprar un mueble nuevo.
La búsqueda tenía un objetivo fundamental: Coco tenía que dar la aprobación, así lo explicó Aleecia durante una entrevista.

“Cuando la abuela y el abuelo se mudaron, necesitaban muebles nuevos. Pero era un requisito que su nuevo sofá fuera lo suficientemente ancho para que él y Coco se sentaran uno al lado del otro”.
Entonces, de forma tierna, el abuelo llevó a coco a varias tiendas probando sillones para asegurarse de hallar el indicado.

Luego de varias horas, pudieron conseguir uno perfecto para ellos: un mueble acogedor y reclinable de tono chocolate. Fue una compra totalmente perfecta y se pudo demostrar que los perritos siempre serán los mejores amigos del hombre y unos grandes compradores.