Existe una hipótesis radical de que hace tan solo 3 mil años, todas las personas eran esquizofrénicas. Esta declaración de los expertos se basa en un análisis de los manuscritos de variedades de culturas. Personas de varias partes del planeta, completamente diferentes, sin ninguna conexión entre sí, se comportaban exactamente de la misma forma: escuchaban voces y las obedecían, creían que eran los dioses o las musas que los “contactaban”. Hoy en día, cualquier tipo de trastornos mentales se ha transformado en sinónimo de incapacidad, lo que no le impide a las personas con voces en la cabeza y agujeros en el alma vivir entre las personas relativamente sanas.
Argumentos de personas que sufrieron trastornos mentales
Tengo un trastorno obsesivo compulsivo. Y es una maldita tortura. Ninguna de mis acciones puede completarse sin realizar algún ritual, lo que también me hace perder un montón de tiempo. Siempre tengo pensamientos como:
“Si no giras este champú con la etiqueta para el otro lado, tu madre morirá dormida esta noche, y será tu culpa”.
“Si no enciendes y apagas la luz 10 veces, vomitarás esta noche” (también tengo fobia a las náuseas).
“Si no mueves este cuchillo a cierta parte de la mesa, uno de tus familiares se tropieza con él, se lo clavará y morirá, y será tu culpa”.
Por lo tanto, absolutamente cualquier actividad diaria de repente se convierte en una situación fatal. Y, si realmente quieres sobrevivir, tendrás que tocar ese cargador portátil 80 veces, de lo contrario, si no es la muerte, como mínimo tendrás garantizado un ataque de nervios.
Estudio astrofísica en la Universidad de Pensilvania (EE. UU.) y soy la fundadora del laboratorio universitario del estudio de los púlsares. Pero esta “nerd”, como seguramente habrás pensado sobre mí, durante mucho tiempo mantuvo un secreto aterrador. Tengo esquizofrenia.
Apareció por primera vez en la escuela secundaria, y en la universidad traté de suicidarme, porque ya no podía soportar esta pesadilla: donde quiera que fuera, me seguía un payaso. Se burlaba de mí, me empujaba e incluso me mordía. También veía arañas, y eso me irritaba aún más, ya que no podía distinguir si eran reales o si se trataba de otra alucinación. Pero lo peor llegó con la aparición de una chica que se parecía al personaje de la película La señal. El problema era que ella podía hablar consigo misma y sabía exactamente cuándo y qué decir para desestabilizarme por completo. Cuando cuento todo esto, la gente comienza a tenerme miedo. Pero, en realidad, todos vemos, oímos y sentimos alucinaciones: solo que a algunos únicamente les pasa en las pesadillas, mientras que a otros también les sucede durante la vigilia.
La gente que me rodeaba ni siquiera sabía acerca de mi realidad, sobre el hecho de que yo ni siquiera podía tomar nota en clases, porque “ellos” movían mis cuadernos.
La mejor decisión que tomé, no solo en esta situación sino en mi vida en general, fue recurrir a los médicos. Incluso mi madre me decía: “¿Doctores? ¡Ni se te ocurra! No se lo cuentes a nadie. Esto no tiene que estar en nuestra anamnesia, piensa en tus hermanas, en su futuro. La gente pensará que estás loca y no podrás conseguir trabajo”. Solo diré una cosa: nunca permitas que nadie te convenza de no buscar ayuda médica. Hoy en día hay 51 millones de personas enfermas de esquizofrenia en la Tierra. Y uno de cada diez se suicida. Y, por lo general, son aquellos que no fueron a ver a un médico.
En un determinado momento tuve que hacer una especie de coming out: escribí una enorme confesión en Facebook. Y me sorprendió el apoyo de los demás. Varios de mis amigos también confesaron que tenían esquizofrenia. Ahora soy fundadora de una organización sin fines de lucro de protección de estudiantes con enfermedades mentales. Sí, estamos enfermos. Pero no somos monstruos. Si tú o alguno de tus amigos se están enfrentando a este problema, recuerda: lo más importante es no guardar silencio y no tener miedo de buscar ayuda.
¿Cómo es el trastorno bipolar? Imagina que tomaste anfetaminas y lo olvidaste. La realidad cambiada parece ser la norma. Después de una semana de noches sin dormir, el mundo comienza a funcionar según las leyes que solo yo comprendo: “Soy una elegida desde que nací, todos mis familiares y amigos lo saben, pero lo esconden de mí”, “Mis padres no son mis padres, y por eso quieren que me muera”, ” Mis manos tienen propiedades curativas, por lo que debo tocar a todo el mundo“.
Después del primer episodio, el paciente muchas veces aprende a manipular con bastante éxito a los demás, incluyendo a los médicos, y no dar a conocer sus planes napoleónicos por un tiempo, lo que lo vuelve muy difícil de detener: hoy decidí que debo ir al mayor número de países posible con una “misión”, y mañana ya estoy volando Dios sabe dónde con el último dinero prestado. Las personas cercanas se convierten en enemigas por negarse a reconocer lo obvio (“soy la elegida”). La exaltación es sucedida por la paranoia y por ataques de pánico. Mi último episodio terminó con 7 noches tras las rejas por violación del orden público, posterior deportación de un país europeo y 2 meses en una clínica psiquiátrica.
Hace 5 años comencé a salir con la mujer perfecta. Durante 2 años todo fue maravilloso para nosotros, y decidimos casarnos. Pero un par de meses después de la boda, su comportamiento cambió mucho: comenzó con el hecho de que repentinamente decidió dejar su trabajo (uno que realmente quería conseguir, y solo llevaba trabajando allí una semana), explicándolo por el hecho de que su jefe se le había insinuado. Luego, de repente, comenzó a beber, a fumar mucho y dejó de dormir. Resultado: ambulancia, hospitalización y diagnóstico de trastorno esquizoafectivo.
Estas son algunos de los trastornos mentales que presentan algunas de las personas. Esta enfermedad puede llevarnos a graves problemas sino se trata con un especialista a tiempo.