Después de tanto tiempo estancada en el aparato, hoy finalmente decidiste ir más allá. Ya estás cansada de lo mismo, de tanto trabajar, de tener una vida monótona y gris, de hacer las cosas como si fueses un robot pues no te interesan.
Hoy tomaste la iniciativa de que quieres saltar la montaña, cruzar el río y ver salir el sol. Ser cada día más linda, más libre y más consciente de que probablemente esta vida sea la única oportunidad que tienes para ser.
Es un pensamiento que te ha llegado de repente y ha llenado tu pecho de un ánimo indescriptible, y no está mal pero la pregunta que debes hacerte para diferenciar la realidad de un momento de euforia es la siguiente: ¿realmente quieres ver más allá de tus límites?
Hazte esa pregunta un par de veces a ver qué resulta de ello. Pregúntate qué necesitas para lograrlo y si estás dispuesta a sacrificar un par de cosas, pues el camino te lo demandará.
Toma en cuenta que en el camino surgirán niveles más y más profundos de trascendencia que tendrás que asumir una vez entrada en el calor de la superación, y que de nada sirve que te lances de manera impulsiva si al final vas a abandonarlo todo. Créeme: terminarás peor.
Siempre es bueno tomar fuerza de donde puedas, aunque fundamentalmente de ti misma. Reconócete como alguien capaz y con habilidades para lidiar con lo que se te presente, incluso si necesitas tomar distancia de alguna situación desagradable sabes cuándo hacerlo sin caer en la autocompasión.
¿Estás dispuesta a pagar el precio que implica involucrarte en esto?
Puede sonar un poco a película de terror, pero es mejor que también te hagas esta pregunta antes de empezar, visualizando los pro y los contra de tu decisión. Piensa en una excursión a la montaña y en todo lo que necesitas: alimentos, hidratación, equipo para escalar, ropa cómoda, repelentes, protectores y toda la actitud positiva que tengas. Así tienes que prepararte para tu viaje.
Cuando piensas en lo que te impide alcanzar lo que deseas, siempre debes mirar primero hacia adentro. Por más obstáculos que haya afuera, es dentro de ti donde yace la respuesta a qué hacer con eso para generar resultados. Si no lo haces de esta manera, es muy probable que sigas atribuyendo tus fallas a lo demás y a los demás.