Todos hemos tenido un amor no correspondido. Una historia de romance imposible con una persona con la que añoramos establecer una vida y crear algo lindo a futuro. Todos lo que te rodean lo saben y son testigos de la atracción que sientes por esa persona y que, a pesar del tiempo, se mantiene vivo el cariño entre ustedes. Pero, a pesar de que sea un cariño recíproco ¿Por qué nunca se ha podido dar el siguiente paso a una relación?
No eres la única persona que ha pasado por esa situación, de hecho, Paulo Cohelo lo refleja en El Zahir, una de sus novelas. Pero antes de antes de seguir leyendo te advertimos que quizá no solo te sientas identificado, sino que también podría entristecerte.
Cohelo plantea que tenemos dos grandes amores en nuestra vida. Uno con el que nos casamos y vivimos por siempre y que quizá sea el padre o madre de tus hijos. Esa persona con la que logras compenetrarte al máximo y pasar el resto de tu vida a su lado.
Y por otra parte, está un segundo amor, el cual es alguien a quien perderás para siempre. Sin embargo, has nacido conectada a esta persona, y existe una conexión tan fuerte que puedes perder la razón al momento de amarle… Es decir, que le amarás con tanta locura que esto quizá se convierta en el motivo por el cual dicho amor se vuelve imposible.
Naces tan aferrada a esa persona que lo intentarás desde el primer día que le conoces, sin embargo, de tanto intentar te cansarás, ya que nunca verás una respuesta positiva de su parte, y así, sin más, buscarás a otra persona.
A pesar de que sigas aferrada a esa persona, e incluso, a pesar de que el amor haya sido correspondido pero por causas ajenas a su propias voluntades no se pudo dar, no pasará un solo día sin que necesites un abrazo de esa persona, un beso, quizá, solo 5 minutos más a su lado. Seguramente, te ha venido un nombre a la cabeza al leer esto.
Pero, te librarás de esa persona, dejarás de sufrir por ello y encontrarás tranquilidad en otra persona que te dé seguridad… Aun así, seguirás deseando que ese segundo amor, nunca hubiese muerto, incluso si llegaste a tener algo con él y discutiste contantemente hasta destruir la relación. Le seguirás extrañando… “Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias”.