Se puede decir, que es natural que la mayoría de los hombres miren a otras mujeres, estando solos o acompañados por su pareja, y muchos justifican estas acciones llamándolo “apreciación a la belleza femenina”. Sin embargo, a pesar de las múltiples excusas que ellos puedan decir, expertos han explicado mejor esta situación.

Para los psicólogos es algo muy común de escuchar sobre todo en las terapias de pareja, pues algunas mujeres se sienten inseguras, o lo sienten como ofensa, cuando están con sus parejas, y estos voltean a mirar a otras mujeres.
Así como hay mujeres que consideran como una falta de respeto o un acto ofensivo el que sus parejas miren a otras mujeres, existen muchas más a las que no les afecta en lo absoluto y la clave, según los especialistas, es la confianza.
Sin embargo, Jeremiah Gibson psicólogo familiar y matrimonial explica que esta clase de acciones por parte del hombre o de la mujer es completamente natural ya que sienten atracción por el otro sin necesidad de comprometerse.
Gibson recomienda no preocuparse a menos de que la pareja o viceversa, reflejen ciertos temores pasados. “No es malo observar o fantasear a alguien más” dice el psicólogo.

Además, explica que se debe entender que, si alguien en la relación hace esta acción, se trata únicamente de una cuestión instintiva y las zonas que más suelen observar los hombres son: pechos, la cintura y las caderas; mientras que, en el caso de las mujeres, suelen observar la parte superior de su cuerpo.
Los hombres suelen detenerse a observar esas partes porque sienten mayor atracción por mujeres con curvas o caderas grandes, la respuesta se encuentra en que para ellos de forma inconsciente buscan el símbolo de fertilidad y apareamiento.
Distintas investigaciones científicas declaran que la mirada de muchos hombres suele significar que pretendan o sueñen en reproducirse con el mayor número posible de mujeres.
Los especialistas aseguran que el secreto esté en distinguir si lo que invade, son los celos reactivos o emocionales, o los celos de sospecha que tienen que ver con el tema cognitivo.

Los primeros celos se encuentran fundamentados en una acción reprobable de la mirada, mientras los segundos se encuentran fundamentados en una infidelidad pasada o presente.
“No hay nada de malo en reconocer la belleza, pero sí en no tener en cuenta la compañía que disponemos en ese momento”. Michel Barton, psicólogo clínico de Medical Daily.