No es secreto para nadie, que ser la amante es una situación sumamente compleja, donde están implicados al menos tres personas.
Ser la amante conlleva una carga emocional enorme, vivir en la clandestinidad, en las sombras de una relación sin principio ni fin, que deja huellas profundas.
Se han preguntado, ¿qué conversaciones sostiene la amante consigo misma, en sus espacios a solas sobre la relación que tiene? En el siguiente articulo nos enfocaremos en conocer cómo la amante ve a la esposa del hombre que la engaña.
La competencia en la relación
En occidente donde las relaciones normales son monógamas (es decir, están formadas por un hombre y una mujer), compartir la pareja amada no es ni socialmente aceptado y mucho menos emocionalmente fácil.
A la amante, el hecho de compartir a su hombre comienza a serle difícil, ejerciéndole presión para que él decida a quien elegirá, a ella o a la esposa. Pero también es cierto que para que esto suceda pueden pasar incluso años.
Mientras tanto, a la amante le carcomen los pensamientos, donde se pregunta si ella no es suficientemente buena para él, y en tal caso, que tiene la esposa que ella no.
La amante ve a la esposa como su competencia, hasta incluso la ve como su debilidad. Sentimientos de inferioridad invaden su cerebro cuando piensa en la esposa.
¿Quién es más guapa? ¿Esbelta? ¿Mejor en la cama?, ella debe ser especial, es la que lleva su apellido, estas son las típicas preguntas que se hace la amante.
La amante en muchos sentidos idealiza lo que ese hombre puede darle, sabe que hay otra persona, pero sigue ahí, porque la esperanza es su fuerza y motor.
La culpa de la mujer
El tiempo pasa, y la esposa no sólo representa un contrincante en la batalla por ganar al hombre, sino que en algún momento la moral (que estaba bien dormida) empieza a cobrar vida.
Se empieza a sentir mal, poniéndose en los zapatos de la esposa, ¡pobre mujer!, piensa.
Es inevitable pensar en el dolor de esa mujer que fue traicionada, engañada, en esa esposa que seguramente día a día pensaba que su pareja jamás le iba a fallar.
El saber que fuiste la amante, el saber que fuiste la causante de la ruptura de un matrimonio, un hogar, dañando irreparablemente hasta incluso niños que se encuentren involucrados.
Y se plantea que, en tal caso, de llegarse a separar y la amante quedarse con el premio gordo, ahora sea ella, la traicionada. ¿Quien le da garantías que no te será infiel a ti también?
Le cuesta conciliar el sueño, la culpa le corroe la consciencia, y al final de una larga jornada de batallar contra sus sentimientos, consigue descansar.
Reflexiona, estas a tiempo
Espero que, en estas líneas, tu querida lectora, hayas entendido como la amante ve a la esposa, y si estas pasando por una situación similar, evalúa y valora si realmente vale la pena este tipo de situaciones por una relación que tu sabes (muy inconscientemente lo sabes) que no va a funcionar.