Existen millones de dietas, y esto se debe a que cada cuerpo trabaja de manera distinta, por lo cual, todos necesitamos dietas específicas para nuestro organismo. Ahora bien, existen dietas generalizadas, como esas que aparecen en internet, que todos intentan seguir pues están construidas para que una persona promedio, es decir, alguien que trabaje 8 horas al día, no tenga muchos problemas de obesidad y esté lleno de estrés, lleve a cabo y puede mejorar su estilo de vida.
Si bien estas pueden funcionar, la verdad es que no suelen adaptarse mucho al tipo de vida de otras personas que no entren dentro de dicho “promedio”. Por ello, los médicos de Institución Nacional de Salud en Estados Unidos, consideran que la dieta DASH, es la mejor del mundo, y esto se debe a que casi cualquier persona, sea cual sea su condición, puede adoptarla y tendrá una pérdida de peso realmente eficaz.
¿Qué es la dieta DASH?
DASH significa “Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión”, por sus siglas en inglés. Es una dieta creada para reducir la presión arterial en pacientes hipertensos. Sin embargo, los médicos descubrieron que esta dieta podía adaptarse a casi cualquier persona y que tenía grandes beneficios en la reducción del colesterol y ayudaba a evitar problemas cerebrovasculares y a mejorar en general, la frecuencia cardíaca. Todo esto tenía como consecuencia una normalización del peso y una excelente prevención de la diabetes.
La principal diferencia entre la dieta DASH y el resto, radica en que ha sido desarrollada para personas que necesitan hacer dietas de por vida. Por lo tanto, no es algo que te hará pasar hambre, sino que está diseñado para que sea modificable, sabrosa, variada y sobre todo, satisfactoria.
Principios básicos
El énfasis en esta dieta no se basa en la cantidad de comida, sino en su calidad. Estas son las reglas principales que se deben seguir:
Beber hasta 2 litros de líquido al día.
Comer 5 veces al día en porciones menores a los 215 gramos y no debe superarse las 2500 calorías.
No comer dulces más de 5 veces por semana.
Preferencia por el consumo de cereales, semillas, legumbres, carne baja en grasa y hortalizas.
Reducir al máximo las bebidas alcohólicas y gasificadas.
Puede comer aperitivos entre las 5 comidas principales, pero solo con fin de controlar el hambre, no la ansiedad.
Reducir a solo 2/3 de cucharadas el consumo de sal diario.
Pan integral en la dieta es obligatorio.
Eliminar encurtidos, embutidos, alimentos altos en grasas, pasteles, y cualquier carne enlatada.
¿Qué puedes comer y NO puedes comer?
Simplemente, abstente a consumir esos alimentos que suelen ser tan deliciosamente visuales en los anuncios publicitarios, como la comida rápida y las gasesosas, entre otros.
Puedes decidir si solo mejorar tu salud, o bajar de peso también. Si necesitas perder peso, entonces sencillamente disminuye la cantidad de calorías por día, manteniendo las 5 comidas diarias. Es decir, comer más sano, pero en la misma cantidad.
Cereal: No menos de 7 raciones al día.
Frutas: No más de 5 raciones.
Hortalizas: 5 Raciones al día.
Productos lácteos bajos en grasa: 2-3 raciones al día.
Semillas, habas, frutos secos: 5 raciones a la semana
Grasas: 3 raciones al día.
Dulces: No más de 5 veces a la semana.
Agua: 2 litros por día.
Proteína: 200 gramos de huevo, pescado y carne.
¿Cómo elaborar la dieta para ti?
Esto lo irás sabiendo gradualmente. Dependiendo de qué tanta actividad física y mental tengas al día, puedes aumentar o disminuir la cantidad de calorías.
Conclusiones
Esta dieta está diseñada para mejorar la salud en un inicio, pero no para bajar de peso. Por ello, si lo quieres lograr, deberás sencillamente disminuir la cantidad de calorías como se mencionó e incluir rutinas de ejercicio de hasta 45 minutos diarios 5 o 6 veces por semana. De esta manera, la perdida de peso será más eficaz y tu nivel de salud estará al máximo.