El amor es el único sentimiento que nos hace reír, llorar, angustiarnos, disfrutar, todo a la misma vez.
Da pena decir que las mariposas en el estómago no necesariamente aparecen por la inevitable conexión entre dos personas, es más bien un juego mental, provocado por el inconsciente. Al pasar el tiempo, todos maduramos con las experiencias.
De acuerdo a la psicología, este pasa por etapas definidas, donde la atracción por el otro depende del idealismo, narcisismo y sinceridad de cada uno.
Primera etapa: amor idealista
Desconocemos el mundo real y constantemente vivimos de idealismos románticos. En esta etapa creemos que todas las relaciones son perfectas y ternas, como en los cuentos de hadas. Tenemos que entender que no existe el amor perfecto y que el idealismo es una construcción de la sociedad.
Segunda etapa: amor por necesidad
Esta es la etapa más dolorosa. Ya que después del sufrimiento quedamos indefensos, y el amor termina por convertirse en una necesidad.
El amor no debe ser egoísta y menos debe servir para curar una herida, pero cuando somos jóvenes sucede todo el tiempo.
Tercera etapa: amor inesperado
Ya no solemos creer en el amor, optamos por estar solos antes que mal acompañados. Todo comienza a mejorar porque nos ponemos en primer lugar y cumplimos nuestras metas. En ese momento llega alguien inesperado, distinto a los demás. Ya no hay idealismo o necesidad, no esperamos nada ni tampoco lo exigimos. Sin embargo, ese otro nos da todo, el verdadero amor.
Aquel que nos divierte de manera natural.