Las relaciones interpersonales fundamentan sus lazos en acciones de entregar y recibir, en un balance que se consigue al estar ambas partes involucradas y totalmente dispuestas a ofrecer, preferiblemente en la medida en la cual reciben. Pues en este momento nos referimos a relaciones balanceadas.
Algunas veces se dice que en las relaciones siempre hay alguien de la pareja que ama mucho más, pero cómo podríamos asegurar algo que es tan relativo. Si bien es algo ya imposible de afirmar que en las relaciones hay una persona que ame más que otro.
Algo que no podemos negar para nada es que existen distintas formas de demostrar amor y de amar como tal. Las personas que se llevan el premio son aquellas que son detallistas, dedicadas, consecuentes, que están siempre ahí y que de alguna forma siempre actúan del modo que se espera de ellos.
Cuando somos nosotros mismo lo que amamos solemos siempre cometer la equivocación de darle a esa persona lo mismo que recibamos, todo depende de lo que obtengamos o lo que nos den para nosotros dar.
No debemos sentirnos agobiados, solo debemos comprender que no somos iguales y que cada persona entrega en la medida de lo que tiene y a su vez, está dispuesto a dar. No podemos obligar ninguna persona actuar como nosotros lo haríamos, pero sí podemos optar por algunas medidas en relación a lo que nos dan.
Podemos continuar dispuestos a entregar, pero sin importar lo que recibamos, podemos redistribuir lo que entregamos y guardarnos algo o fácilmente decidir cambiar procurando un balance.