La obesidad es una enfermedad caracterizada por un aumento exagerado de la proporción de tejido adiposo (acumulación generalizada de grasa) con el peso corporal total. Es el trastorno metabólico más frecuente en los países industrializados y tiene una importante repercusión sobre la salud de la población, tanto por la morbilidad asociada como por el incremento de la mortalidad que ocasiona.
Actualmente, se observa una tendencia al aumento de la obesidad en la infancia y en la adolescencia, debido en general al tipo de dietas de las poblaciones occidentales.
En el desarrollo de la obesidad parecen influir múltiples factores:
-Ingesta excesiva de calorías y mantenida, esto provoca un desequilibrio en el balance energético del organismo, propiciando la aparición de esas libras demás. Por lo general, se asocia que las personas obesas suelen responder con ansiedad a determinados estímulos, lo que las impulsa a abusar de los alimentos que incrementan la obesidad.
– El sedentarismo: La realización de una actividad física media consume alrededor del 10-15% del gasto energético diario. La persona obesa practica menor cantidad de ejercicio a lo largo del día y tiende a economizar esfuerzos, es decir, utiliza el ascensor en lugar de las escaleras, emplea el vehículo con mayor frecuencia para trasladarse de un lugar a otro, etcétera. Esta inamovilidad corporal no contribuye a combatir la enfermedad.
-Factores hereditarios: Diversos datos apoyan el origen genético de la obesidad, como la correlación entre el peso de los padres y el de los hijos: el 80% de los niños nacidos de padres obesos serán obesos. Otros estudios sugieren que esta predisposición familiar se debe a patrones de alimentación adquiridos desde el nacimiento.
-Factores psicológicos: Existe una relación entre las alteraciones emocionales y psicológicas en las conductas alimentarias y en la determinación de la obesidad. En general, se dice que la persona obesa, utiliza la comida como un mecanismo de defensa frente a determinados estados psíquicos, como la ansiedad y la depresión, y encuentra en ella una compensación a las frustraciones de la vida diaria. De esta forma puede establecerse un círculo vicioso que consiste en sobrepeso, mala aceptación de la propia imagen, depresión reactiva, y mayor sobrepeso.
Prevención: Para evitar la obesidad es fundamental la educación dietética desde la infancia, así como promover hábitos de vida sanos en relación con la ingesta de alimentos y la vital y no prorrogable, práctica de ejercicio cardiovascular. Además es imprescindible tomar medidas en el área psicológica y de apoyo, para aumentar el autocontrol y la satisfacción de la persona. También, te sugerimos para favorecer la digestión y la asimilación de los alimentos, comer despacio, relajadamente, masticar bien y beber agua fuera de las comidas para no interferir en la acción de las enzimas digestivas.