Muchas veces queremos dejar los recuerdos encerrados en una pequeña caja llamado “pasado” y que no atormente nuestro presente. Pero cuando nuestros recuerdos son muy marcados es un poco difícil poder contenerlo y solemos traerlo a nuestro presente, afectando nuestras vidas.
Hay recuerdos que si queremos mantenerlos porque son bonito y nos saca una sonrisa porque son hechos que realizamos en el pasado y valió la pena.
Comenzamos en el mismo lugar, activamos el mismo circuito, recorriendo el mismo o parecido sendero, encontrándonos de forma continua con los mismos pensamientos y los mismos sentimientos que un día tuvimos. Cuantas más veces pasemos por el mismo lugar, construiremos una huella mental mucho más profunda.
“La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos; así, logramos sobrellevar el pasado.”
Gabriel García Márquez
¿Qué podemos hacer con los recuerdos que nos causa malestares?
El camino que siempre tomamos es tratar de olvidar o evitar un recuerdo, ya que eso nos evita el sufrimiento, pero negarlo o alejarlo sólo es aliviar el malestar de forma transitoria, garantizándonos a largo plazo también su permanencia.
Lo mejor que podemos hacer es buscar un nuevo enfoque hacia lo sucedido, es decir, detenernos en ese recuerdo que tan atados nos tiene con sus cuerdas, observarlo, y decidirnos a buscar una nueva forma de pensar sobre lo sucedido.
Tenemos que cambiar el ángulo de lo sucedido para no tener sentimientos encontrados y perjudicar nuestra vida por un hecho que se encuentra en el pasado.
“La vida sería imposible si todo se recordase. El secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse.”
Roger Martin Du Gard
Lo importante no es qué pasó, sino qué hacemos con lo que pasó. Si logramos dejar de comparar lo que queríamos que hubiese sucedido con lo que realmente sucedió, gran parte de nuestros malestares comenzarán a desaparecer.
Recuerden, no hay que luchar contra los hechos sino aceptar los pensamientos que tenemos sobre ellos e intentar cambiar el ángulo de visión.