Cuando nos hablan de la felicidad, entendemos que es un objeto muy preciado que cada ser humano anda buscando, y cuando no lo encontramos experimentamos una gran frustración.
Lo que no terminamos de entender es que ser feliz no es algo que se busca sino que se construye, y a veces se nos pasa la vida esperando por algo que está dentro de nosotros. Tal vez esto ocurre porque es más fácil mirar hacia afuera que echar un vistazo a lo que ocurre en nuestro interior…
Entonces ¿cuál es el primer paso para ser felices? Pues revisar cuáles son esas cosas que tanto te hacen sonreír, las que te producen bienestar, las que te apaciguan en medio de la zozobra cotidiana, las que te hacen pensar que el mundo vale la pena y te alejan del dolor.
Este es un ejercicio que responde a intereses individuales, así que depende de cada uno de nosotros es responsable de aprovechar lo que consigamos para sentirnos bien sin necesidad de limitarnos por la vergüenza o el temor. A fin de cuentas, se trata de una experiencia personal.
Y recuerda que no importa cuántas cosas materiales tengas sino las vivencias que vayas acumulando ya sea a solas o en compañía de quienes amas. Hagamos que una sonrisa al iniciar el día sea la apertura a alcanzar lo que tanto deseamos, y que no sigamos sentados esperando a que llegue alguien a rescatarnos, pues nosotros somos capaces de hacer las cosas como necesitamos y de la mejor manera posible.