A la mayoría de personas les da temor la soledad y por eso a veces se cae en el error de estar con alguien que no nos ama como quisiéramos, solo por querer llenar ese vacío que tenemos dentro del corazón. Ese vacío que creemos que puede completar la idea errónea de una media naranja. Y se cae en ese error porque desconocemos el gran beneficio que podemos rescatar de nuestra soledad.El principal problema es el miedo por quedarnos permanentemente en ese estado, que se nos haga tarde para tener hijos, por miedo a que con el paso de los años no nos veamos atractivos para el sexo opuesto, por miedo a “resignarnos” a la soledad…
En fin, por culpa de esos miedos hipotecamos nuestro ser para intentar arreglar alguna relación que no nos sirve, por creer que es más sencillo vivirla en pareja, por creer que no podemos conseguir a alguien mejor para compartir nuestros días… Y la verdad es que no funciona así, hay muchos estados idealizados, sobre los cuales se tejen toda una cantidad de mitos e irrealidades…
El mejor estado es aquel que nos permite:
- Ser nosotros mismos
- Amarnos a nosotros primero, aunque pueda sonar egoísta
- Iniciar el día con una sonrisa y no con una preocupación
- Aceptarnos con nuestros defectos y virtudes
- Motivarnos para ser mejores
- Celebrar nuestros logros grandes y pequeños
- Darle a nuestro corazón el sosiego del cariño y la esperanza
- Alimentar nuestra mente de pensamientos positivos
- No aceptar en nuestra vida el desamor, el maltrato o la indiferencia
- Darnos cuenta de qué es lo que realmente nos conviene
- Limitar a las personas que nos perjudican
Si nuestro estado en soledad o en compañía nos permite lo anterior estaremos siendo justos con nosotros mismos, si por el contrario, nosotros mismos nos estamos torturando en medio de una soledad que no disfrutamos por ansiar otro estado, o en una relación que nos hace sentirnos culpables por aceptar situaciones donde el malestar y la tristeza salen a flote, es momento de tomar cartas en el asunto, liberar nuestros miedos. Las relaciones son para fortalecernos, quien nos quiere realmente nos aceptará con nuestros defectos y virtudes, nos hará sentirnos importantes y queridos.¿Cómo llegar a esto? Con autoconocimiento y amor propio, no pretendamos que alguien nos ame más de lo que nosotros podemos hacerlo, cuando tenemos una relación sana con nosotros mismos podemos vincularnos con otra persona que nos ofrecerá más de eso que nosotros nos damos.
Fuente: Rincón del Tibet – Sara Espejo