En ocasiones nos encontramos en situaciones de soledad en la que no queremos tener un lazo sentimental con alguien pero sí sentimos la necesidad de tener encuentros eróticos casuales, sin compromiso. Este tipo de relación tiene sus ventajas y desventajas, ¿Pero hasta qué punto es buena idea ser “amigos con derechos”? Esta incógnita la responderemos a continuación.
Antes de aclarar esta pregunta, debemos dejar bien claro qué significa tener una relación “con derechos” y sus implicaciones. Para ello, hay que entender los tres puntos primordiales de este tipo de unión:
– Los “amigos con derecho” no tienen exclusividad alguna.
Como no son pareja formal entonces los celos no están permitidos entre ambos. Cada quien puede tener relaciones con quien le plazca siempre y cuando sea de forma segura y responsable.
– El amor romántico está prohibido.
Las expectativas de algo más deben estar descartadas, sin discusión. Las salidas para otro lugar aparte del lecho y las citas románticas están prohibidas para ambos. No puedes esperar que te lleven a la casa de sus padres ni nada por el estilo.
– El disfrute carnal es lo único asegurado.
Tan simple como se lee. Lo importante es dar todo en ese instante, sin ataduras, disfrutando el presente y sin expectativas de algo más.
Una vez entendido de qué va esta clase de relación, podemos analizar si realmente es buena idea implementarla en nuestras vidas. En base a estudios clínicos, sin embargo, este tipo de relación no es la más indicada, presentando los siguientes problemas:
– La atracción carnal en el ser humano es selectiva. No es con un cualquiera y siempre se termina imponiendo el amor romántico.
– Al practicar por largo tiempo con una misma persona estamos en peligro de desarrollar apegos.
Por lo tanto, en base a nuestras características antropológicas y evolutivas como seres humanos, la verdad es que nos exponemos a que este tipo de relación no funcione en la medida en que más tiempo dure esta clase de unión.