Nadie nació incompleto, nadie es la media naranja de nadie. No necesitamos de alguien para ser completamente felices. Somos personas plenas que buscamos con quien compartir nuestras alegrías, tristezas, nuestras emociones eso es algo natural y saludable, siempre y cuando sintamos que somos amados y no incompletos.
El querer y el respetar van de la mano
Si se ama, se ama en plenitud y dando todo lo que es saludable que demos de nosotros mismos, no a medias.
Y más que cuestión de principios, es respeto y consideración con nosotros mismos. Todos deseamos recibir amor cuando también lo damos.
Estamos de acuerdo en que el amor debe ser desinteresado, pero eso no quiere decir que deba ser necio. Y si ves que eso sucede es mejor alzar el vuelo a otros rumbos.
El amor que todos merecemos es un amor en plenitud
Que nos amen a plenitud no quiere decir estén a nuestros pies y que nos adoren en su totalidad, sino que amen nuestra forma de ser con sus defectos y virtudes, aquel que te ame no intentará cambiarte ni manipularte. Cada pequeño gesto hace de nuestro ser y de nuestro mundo algo excepcional que merece su consideración.
“Mereces un amor que te quiera despeinada, con todo y las razones que te levantan de prisa, con todo y los demonios que no te dejan dormir.
Mereces un amor que te haga sentir segura, que pueda comerse al mundo si camina de tu mano, que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.
Mereces un amor que quiera bailar contigo, que visite el paraíso cada vez que mira tus ojos, y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.
Mereces un amor que te escuche cuando cantas, que te apoye en tus ridículos, que respete que eres libre, que te acompañe en tu vuelo, que no le asuste caer.
Mereces un amor que se lleve las mentiras, que te traiga la ilusión, el café y la poesía.”
-Frida Khalo-
Debemos dejar que nuestro acompañante nos ame como quiera y no como nosotros deseemos, pero siempre siendo libres. Esto quiere decir que nadie tiene derecho a vulnerarnos ni a jugar con nosotros.
No merecemos que nos amen a medias. Merecemos que nos demuestren que lo hacen y, para eso, es fundamental desactivar los egoísmos. Porque, simplemente, un amor verdadero no se aprovecha de nadie, ni siquiera de una situación.
Fuente: La mente es maravillosa