El viaje comienza muchas veces de la manera más inesperada. Te toma por sorpresa cuando te das cuenta que ya estás en el camino, volteas y a tu lado está un acompañante que te promete quedarse hasta el final del viaje.

Te invade el sentimiento de seguridad, te llena la ilusión y te persigue la ansiedad de querer ir cada vez más rápido junto a esa persona. En muchas oportunidades se hacen paradas durante el viaje que te brindan la alternativa de tomar otra ruta, pero en otras decidimos quedarnos aun cuando ya percibíamos que el tiempo pasaba y que lo que antes parecía ser real, con el girar de las agujas del reloj, termino siendo fantasía al poco tiempo y en otros casos, para mayor impacto, al pasar los años nos damos cuenta que aquel sendero ahora lo emprendemos acompañados tan sólo de nosotros mismos.
Ahora nos embriaga el sentimiento de soledad y la desesperación al creer que no podremos vivir sin esa persona, y como medida de protección dentro de nosotros empezamos a crear un sentimiento frío, y empezamos a ser egoístas por miedo a ser dañados de nuevo. Ahora el desamor forma parte de nosotros y no nos permite dar ni recibir lo que otras personas con mucha bondad nos dan referente a las experiencias emocionales y sentimentales de la vida
Es así que muchas veces pasamos por alto que este tipo de experiencias son necesarias para crecer y fortalecer muchas veces nuestro amor propio y nos generan la madurez para poder aceptar y romper rápidamente lazos de dependencia futura. Vivimos este proceso de duelo repetidamente en nuestras vidas, relaciones amorosas, fracasos en la familia, incluso en el trabajo, rápidamente nos resentimos y no nos permitimos disfrutar la vida tal cual es.

Como proceso de pérdida natural es normal que esté sentimiento no se cure tan rápido pero en este lapso no podemos permitir que nuestro autoconcepto se desvirtúe. Es importante reconocer que somos seres humanos, la creación más bella del universo, destinados a ser felices, individualmente cada quien es dueño de su felicidad, mientras nos encontremos y nos mantengamos a nosotros mismos podemos superar estos sentimientos fríos, y los cálidos disfrutarlos mientras duren.