Enséñame a quedarme, que a irme, me enseñaron todos.

1872

Mis  relaciones lo han tenido todo, desde  lo bueno y lo malo. He sonreído, he estado triste, me han herido  y he lastimado, me han hecho perder la esperanza  en el amor muchas veces  y valientemente he tomado la decisión de  darme otra oportunidad más.

También he estado en soledad y  lo he gozado, porque  mentir… algunas veces  me he sentido tan genial  sola que he llegado a tener miedo de  no querer volver  a estar con alguien… Pero suceden  cosas como las de ahora, me veo en los ojos de una persona la cual  presumo especial y algo en mí regresa  a querer, algo en mí vuelve a resplandecer  y fácilmente  deseo que esa persona pueda estar  en mi vida como mi pensamiento  lo imagina.

Ya me he marchado en múltiples ocasiones, ya sé bien lo que es  dejar cosas de mí en donde quizás nunca debí poner. Conozco bien que es  recoger entre lágrimas fragmentos  de vida que vemos  incompletos, qué es no saber qué hacer con las fotografías, con los textos, con los recuerdos… Te puedo mencionar  de que  nada sirve tratar de  borrarlos si aún está presente un sentimiento.

Te hallaste  con una rara  versión de mí, que aún no sé todavía si es la mejor o la peor… Solo sé que es una versión que dejó de pensar  en múltiples cosas, que no espera que ninguna persona  cambie por amor, que no está dispuesta a negociar su tranquilidad, ni a tolerar  ninguna clase  de maltrato y que ante cualquier acto  que ponga en riesgo  su integridad, optará por marcharse… Ya que  aprendí a cuidarme y a defenderme.

Por otra parte esa versión de mí está totalmente  dispuesta a entregar  lo necesario para que siempre me quieras junto a ti, está completamente dispuesta a llenarte de muchos  detalles y tiene muchas ansias  de aprender una nueva manera  de amar, ésa que construye, que protege  y edifica un futuro para ambos.