Mis relaciones lo han tenido todo, desde lo bueno y lo malo. He sonreído, he estado triste, me han herido y he lastimado, me han hecho perder la esperanza en el amor muchas veces y valientemente he tomado la decisión de darme otra oportunidad más.
También he estado en soledad y lo he gozado, porque mentir… algunas veces me he sentido tan genial sola que he llegado a tener miedo de no querer volver a estar con alguien… Pero suceden cosas como las de ahora, me veo en los ojos de una persona la cual presumo especial y algo en mí regresa a querer, algo en mí vuelve a resplandecer y fácilmente deseo que esa persona pueda estar en mi vida como mi pensamiento lo imagina.
Ya me he marchado en múltiples ocasiones, ya sé bien lo que es dejar cosas de mí en donde quizás nunca debí poner. Conozco bien que es recoger entre lágrimas fragmentos de vida que vemos incompletos, qué es no saber qué hacer con las fotografías, con los textos, con los recuerdos… Te puedo mencionar de que nada sirve tratar de borrarlos si aún está presente un sentimiento.
Te hallaste con una rara versión de mí, que aún no sé todavía si es la mejor o la peor… Solo sé que es una versión que dejó de pensar en múltiples cosas, que no espera que ninguna persona cambie por amor, que no está dispuesta a negociar su tranquilidad, ni a tolerar ninguna clase de maltrato y que ante cualquier acto que ponga en riesgo su integridad, optará por marcharse… Ya que aprendí a cuidarme y a defenderme.
Por otra parte esa versión de mí está totalmente dispuesta a entregar lo necesario para que siempre me quieras junto a ti, está completamente dispuesta a llenarte de muchos detalles y tiene muchas ansias de aprender una nueva manera de amar, ésa que construye, que protege y edifica un futuro para ambos.