Enamórate de alguien que sepa hacer arte, porque amar es en sí mismo un arte y no todos saben hacerlo.
Enamórate de quien logre mantener tus labios húmedos siempre y de su boca no dejen salir historias que nos entretengan o sorprendan.
Enamórate de quien dice que te quedes con un abrazo y que en él demuestre que reamente te cuida y se preocupa por ti.
Enamórate de que te abrace en esos días malos y de quien le parezcas hermosa incluso al despertar, sin maquillaje y en tus peores momentos.
Enamórate de quien te ve con ojos distintos al resto y de quien no le molestó tomarse un buen tiempo para conocerte antes de decir que te amaba.
Enamórate de quien sepa qué es lo que quiere en realidad y de que se olvida de amar a medias cuando esté contigo.
La vida es muy corta para que te enamores de lo común, así que, si te enamoras, que sea de alguien extraordinario, que te haga sentir lo valiosa que es su presencia y marque realmente una diferencia en tu vida su ausencia o su presencia.
Enamórate de alguien que quiera viajar por el mundo, afrontar retos, pelear contra leones hambrientos y hacer sueños realidad. No temas a enamorarte de alguien que quiere vivir realmente, de alguien ponga planes a futuro encima de la mesa y que entre todos esos planes estés incluida.
Enamórate en serio con fuerza y ganas. Enamórate de alguien enamorado de igual forma, porque la única manera en que enamorarse así tiene sentido, es que ese alguien también esté enamorado de ti con la misma intensidad.