Me siento sola al estar sola y es terrible: no quiero escuchar lo que tengo que decirme y tengo la sensación de ser la persona más triste del mundo. Además, es tan profundo el pánico que le tengo al silencio que lo evito constantemente porque en él me veo desprotegida y vulnerable.
Hay mucha gente que ha experimentado esto y puede que tú estés pasando por ello en estos momentos. Es normal y no tienes que avergonzarte: resulta tan sencillo llenarse de vacío y a todos nos da pavor la posibilidad de que llegue a nuestra vida.
La soledad no siempre es mala
El primer paso indispensable para combatir ese malestar tan terrorífico, de tan mala cara y que impide disfrutar de lo que se tiene, es afrontarlo y aceptarlo. Sí, hay que ponerle nombre siempre a lo que nos pasa, así se le puede otorgar un lugar y actuar sobre ella cuando actúe como peso y no como una ayuda.
“Sentirse solo no es lo mismo que estar solo:
estar solo puede ser una experiencia que disfrutes,
que necesites a ratos para recuperar fuerzas o hacer algo creativo…
Pero sentirse solo y aislado es dañino para las personas;
te vuelves menos creativo, menos inteligente, padece tu salud”
-Elsa Punset-
La soledad no tiene por qué ser mala. Convencerte de esa afirmación es el siguiente movimiento: se trata de reconocer que la indefensión es solo un espejismo de un corazón que necesita voluntad. Es decir, estar sola puede convertirse en una gran oportunidad: pasear, viajar, leer, meditar… Quizá sea la forma más valiente de descubrirse y empezar a quererse, pues no se puede esperar que los demás arropen cuando una no es capaz de arroparse a sí misma.
Quiero estar sola con alguien que también quiera estarlo
No se estamos solos siempre que se podamos gritar que aún queda algo que nos identifica, que nos muestra que merece la pena luchar. No solo nos tenemos es que, aunque el sentimiento nos ciegue, sabemos que hay personas alrededor que merecen la entrega.
“La soledad es buena pero necesitas a alguien que te diga que la soledad es buena”
Honoré de Balzac
Es posible pensar que está tu familia, tu mujer, tu marido, tus hijos e incluso que hay amigos, pero te sientes sola. Estamos en una sociedad que cada vez se comunica más por tecnología y que exige más tiempo para el trabajo y menos para las relaciones personales. Sin embargo, eso no significa que no nos quieran, que no estén ahí.
En este caso quizá tu dependencia esté colaborando con la soledad para hacerte sentir así: quizá sea bueno que busques libertad, espacios, aficiones, etc., en lo que te sientas completa sin necesidad de compartirlo.
Fuente: La mente es maravillosa