La belleza física de una persona no nos dice nada al respecto de su personalidad, incluso sus palabras pueden llegar a no decirnos nada sobre lo que es esa persona realmente. Solo los pequeños detalles, esas cosas casi imperceptibles, son los que nos dan señales de quien es realmente él o ella. Eso pequeños detalles cotidianos son los que van creando en ti un universo de emociones y sentimientos.

Las personas que cuentan con el gran don de la sensibilidad no solo piensan y sienten por ellos mismos, sino también por su entorno. Tienen una gran capacidad de empatizar y lidiar con emociones ajenas, es una cualidad increíble. Su forma de ser les permite captar y conocer el mundo de mejor manera, comprender cómo funciona. Siempre tienen un momento para escuchar, entender y esperar.
Todos somos únicos, pero son los pequeños detalles los que nos convierten en grandes personas o los que hacen grandes los momentos. Es fácil hacer que una persona se sienta especial, con los buenos días o buenas noches, no mostrarle una felicidad hipócrita, estar felices porque realmente así nos sentimos y no porque hay que estarlo obligado, preocuparnos por sus sentimientos, por saber qué piensan al respecto de lo que se está hablando o como lo hace sentir la situación.

Algunas personas piensan que el amor se demuestra con grandes y costosos regalos, cuando realmente una buena relación se mantiene feliz por la renovación del sentimiento diariamente. La grandeza del vínculo no se mide por el tamaño del regalo, se hace por la lealtad del corazón y del alma. No importa si la vida los separa en el futuro, lo importante es que gracias a esa persona hoy eres mejor y debes agradecer la oportunidad que te dieron.