Todo aquel que ha pasado una relación sabe que al principio todo es maravilloso, pero con el pasar del tiempo nos damos cuanta que la relación sufre daños y es ahí donde comenzamos a despertar de ese trance que nos brinda el estar enamorados, que comenzamos a ver los defectos de la otra persona, que la rutina comienza a perturbar. Solo algunos que llevan un corazón lleno de amor verdadero luchan para que las cosas se mantengan, luchan para estar a lado de la persona que aman a pesar del tiempo y del desgaste de la relación. Pero hay otros que simplemente se van enfriando y tiran la toalla, pierden las esperanzas y rompen la relación. Ella comenzó a notar como cambió la persona que amaba. Se dio cuenta que su mirada ya no era la misma y el trato ya no era el mismo , que el tono de su voz ya no era dulce, era frío y cortante. Comenzó a notar que ya no la acariciaba de la misma manera, que ya no le tomaba de la mano. Ella sabía que algo extraño estaba pasando, él ya no era el mismo, que sus palabras solo le producían heridas.
Ella nunca se atrevió a decir nada por temor a perderlo y que se alejara de ella. No podía imaginar un mundo sin él. Tenía miedo de ver la realidad y ver lo que verdad pasaba con él, ver que todo se había acabado entre ellos y que no habría marcha atrás. Temía todo el dolor que sentiría de De reconocer que debería de olvidarse de él y no volver a recordar todas esas cosas que había pasado a su lado. Pero sabía, muy dentro de ella sabía que debía abrir sus ojos, que debía ver lo que en verdad pasaba entre ellos dos y dejar de mentirse a ella misma, dejar de darle vueltas al asunto y poder ver que ya no era lo mismo que en un principio. Ella sabía que debía entender que él la había dejado de amar, que había dejado secar el amor porque había perdido importancia.
Él había dejado de amarla…
Fuente: Ser Mejor Persona