No hay una cosa que se deteste más que enamorarse de un amor no correspondido. El hecho de entregar el corazón a alguien a quien no le importamos es doloroso.
Pero, no lo veamos solos desde ese punto de vista. También hay que tener en cuenta que la importancia que recibimos de otros viene de amigos, familiares y no solo una pareja.
Esta ley aplica para todas las personas. Si a alguien no le importamos en realidad ¿Qué podemos hacer para cambiarlo?
Nada en realidad. El tema es que, por mucho que intentemos cambiar la mentalidad que otras personas tienen sobre nosotros y nuestro lugar sobre sus propias vida, ellos siempre nos colocarán en el lugar que les plazca, porque no podemos regir sobre las decisiones ajenas cuando se trata de querer.
Así pues, debemos actuar de manera egoísta en muchas ocasiones. No se trata de pagar con la misma moneda, sino de valorarnos y saber que a la primera persona que debemos tener en nuestra lista de prioridades, es a nosotros mismos.
Si no fuese de ese modo, pondríamos de primero a personas que quizá no les importamos un bledo y eso atentaría contra nuestra propia dignidad.
Recuérdalo, para amar a otra persona o para darle importancia, esa persona también tiene que tener la predisposición de hacerlo.
No te sientas mal si has pasado por ello, de hecho, nadie está absuelto de esto y suelen aprenderlo por las malas… Algunos, quizá, nunca aprenden.
Pero, ahora que estás acá en este preciso momento leyendo lo que he escrito para ti, aprovéchalo y empieza a sacar de tu vida a esas personas que no hacen más que recordarte lo poco que significas para ellos.
No es por ti, es porque algunas personas sencillamente, no saben darle el valor a personas que realmente lo merecen.