Es fácil juzgar a los padres y encontrar pequeñas fallas en todo lo que hacen, pero tener la responsabilidad de criar a un niño es el reto más grande de la existencia humana. Se pueden tener títulos, lograr ser dueños de un negocio lucrativo o tener grandes ideas que nos lleven muy lejos, y sin embargo, ningún logro ni desafío se compara con el de criar a un niño.
Muchas veces tenemos a nuestros padres como chivos expiatorios de nuestros fracasos, nuestros miedos y nuestros traumas. Pero cuando somos adultos, somos nosotros los responsables de nuestra propia vida, de las oportunidades que dejamos pasar y de los miedos que dejamos crecer en nuestras cabezas. Libera a tu madre de toda la culpa a la que la has sometido y encuentra tu camino, pues básicamente eso fue lo que ella siempre quiso.
Tu madre, hizo el mejor trabajo que pudo hacer ante las adversidades que se presentaban y sus propios desafíos personales. Seguramente se equivocó en muchas cosas, pero puedes estar seguro de que afrontó cada desafío con valentía y se quedó contigo cuando muchos otros se fueron.
Mamá siempre está allí, incluso cuando falla permanece contigo
Tu madre es el mejor ejemplo de entereza y carácter. Ella no abandonó el barco cuando las cosas se pusieron difíciles. Y aunque a ti te tocó lidiar con algunos de sus errores, a ella le tocó la peor parte. Lo ha dado todo sin recibir nada a cambio, porque para nadie es un secreto que la mayoría de los hijos son ingratos y no responden con la misma lealtad hacia los padres.
Mientras crecemos, nos vamos dando cuenta de todos los errores que cometió mamá y a veces nos volvemos sumamente críticos. Perdónala si no fue perfecta, nadie lo es, pero difícilmente encontrarás un amor más puro que el que tu madre siente por ti.
Si te has distanciado de tu madre ahora que eres adulto porque recuerdas con tristeza alguno de sus errores mientras te criaba, te presente que ella dio lo mejor que pudo por ti y no se arrepiente de ello. Porque aunque estés con ella o lejos de ella, tu madre solo desea una cosa y es que tú seas feliz.
Ese es el amor más puro e incondicional. No importa si eres un ingrato, si no te acuerdas de las fechas especiales o si prefieres pasar tiempo con otros antes que con tu madre. De igual forma ella quiere verte feliz, realizado y siendo una mejor versión de ella.
Tu madre tampoco quiere que cometas los mismos errores que ella cometió, por eso se convierte en una abuela consentidora. No necesita que le recalques sus errores, ella ya aprendió de ellos, solo que tiene una sola vida para equivocarse y amarte al mismo tiempo.