Ninguna persona merece suplicar por el cariño de otro a quien quiere, mucho menos recordarle con frecuencia que está allí, bien sea por medio de llamadas continuas o mensajes, eso es humillante.
Hay cosas como el amor, el cariño y el respeto que no se dicen con palabras se demuestran con gestos. Sin embargo, pasamos nuestra vida recordándole a algunas personas lo que ya debería ser habitual para ellos, y esto afecta en la autoestima, cuando debemos recordarle a esa persona nuestra existencia.
Una amistad no debe ser solicitada, el perseguir a alguien a cada momento, sin que ni siquiera nos recuerden, agota emocionalmente. Sobre todo, si envías mensajes, haces llamadas continuamente y son ignoradas por quien las recibe, allí es momento de revisar si la amistad es recíproca o es sólo de una parte.
La amistad se da de una manera fluida, sin forzar encuentros ni conversaciones, simplemente es el disfrutar de la presencia del otro, del compartir instantes, vivirlos plenamente y atesorar recuerdos que en los años los llevaremos en nuestra memoria.
Un amigo esta cuando lo necesitamos, si no está ni en esos momentos, entonces no es un amigo.
No esta bien exigir cariño, debe presentarse de manera espontánea y verdadera, es necesario sentirlo tanto quien lo ofrece, como quien lo recibe. Y no hablamos solo de una caricia, sino es el sentirse amado en todos los pequeños detalles que se pueden dar.
Tampoco es necesario que el cariño se muestre de manera física, así estemos lejos podemos demostrarlo y recibirlo, sin exigirlo con palabras, comportamientos o gestos, es humillarse ante esa persona que no te muestra sus sentimientos.
Un gesto de cariño se manifiesta ante un ser que es importante para nosotros, si ese gesto no lo recibes, es hora de saber, si realmente eres importe para ese ser a quien se lo solicitas.
En cuanto al amor, no se suplica a quien se ama su reciprocidad, el amor es espontáneo, libre y se demuestra de esa manera desde lo más profundo de nuestro ser, con solo estar en presencia del ser amado sudamos, nos ponemos nerviosos y manifestamos tantas emociones que sólo son calmadas con un abrazo o una caricia.
El amor necesita expandirse, que se exprese, escucharlo, vivirlo, sin rodeos. Si no es mostrado de igual forma en ambos lados, entonces, no es recíproco, tampoco es amor mutuo, solo de una de las partes.
Nuestra supervivencia va a depender mayormente en saber diferenciar entre lo que es la manifestación del amor, el cariño o la amistad, de una manera digna y no de forma servil.
Luchar por cuanto deseamos en la vida no significa que debemos suplicar atención, cariño, amor o amistad. Aunque duela mucho enfrentar la realidad que vivimos, siempre será mejor estar solo, para comenzar de nuevo.
El dolor de estar acompañado, pero sentirse solo, no nos hará dignos de sentimientos verdaderos y recíproco por ese que tanto deseamos esté a nuestro lado.
El amor, el cariño y la amistad se dan y se recibe sin límites cuando es correspondido.