“Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando”. Rabindranath Tagore, un filósofo de la India, redactó esa frase para referirse a que el amor, iba más allá de las palabras. Cuando amas realmente, el corazón es quien habla y, la mayoría de sus halagos, se muestran en las acciones más desinteresadas por el otro.
Si bien decir “Te amo”, llena el espíritu de quien lo recibe y lo da, esto no significará nada si en nuestras acciones diarias, no lo demostramos. El amor hay que darlo, no en joyas o autos, no en casas ni en cenas costosas. El amor se da, en la intención de lo que haces por la persona a la que quieres.
Ama, no para ser amado, ama con la intención de hacer feliz al otro. Y si lo tuyo no son las palabras, pues, como diría Pablo Neruda, “En un beso, sabrás todo lo que he callado”. Habla con besos, abrazos y demostrando que incluso esas cosas que parecían ser incómodas, ya no lo son porque las haces con esa persona especial para ti.
Y si aún no sabes si realmente le amas, porque a veces, puede tornarse confusa la razón y el sentimiento, Sam Keen dice “Aprendemos a amar no cuando encontramos a la pareja perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta”. Busca a quien creas que no tiene defectos, porque aceptarlos después de darte cuenta que si los tiene, es uno de los actos más puros del amor.
Autor: Ángel Dichy.