Todos los que alguna vez hemos sido adolescentes nos hemos sentidos sumamente atractivos, como la libertad, la autonomía, el sexo opuesto, el amor y muchas cosas que nos hace invencibles en esa etapa importante de nuestras vidas.
Es aquí donde vivimos el primer amor, ese amor que nos lleva a la locura, que nos trae recuerdos y sentimos de darlo todo por esa persona especial. Esa sensación maravillosa, que de adultos la seguimos experimentando, y es uno de los estados más sublimes que uno puede vivir como ser humano.
Recordemos que el enamoramiento se debe vivir de manera consciente, lo cual resulta cual resulta difícil cuando tienes la edad de 13 o 14 años. Es necesario que una persona distinga lo que es una ilusión pasajera y las de un verdadero amor. Son sentimientos que se pueden parecer, pero siempre uno es más real que el otro.
La principal característica de un amor adolescente es que suelen ser inmaduros. Empezando en que son egocéntricos, buscan siempre el beneficio y la satisfacción de uno mismo.
Son personas que quieren estar todo el tiempo junto, quieren que los llames constantemente y no conciban su vida sin esa persona especial; y aunque esto pueda ser muy romántico, no debemos depender de la otra persona, porque eso nos puede perjudicar a la larga. Convirtiéndonos en seres dependiente del otro, transformando tu vida en relación de la otra persona, volviéndote una persona que no puede estar sola en ningún momento.
El enamoramiento comprende una ilusión pasajera que cambian según las circunstancias y se modifican a través del tiempo. Por ello, se vuelve casi imposible mantener esa intensidad inicial que tiene una relación.
No queremos decir con esto que los adolescentes no saben amar. Lo que queremos decir es que tenemos que educarlos que existe una diferencia entre el amor e ilusión, para que puedan vivir la adolescencia de una forma plena y satisfactoria, sin tener ningún arrepentimiento por decisiones tomadas a la ligera.