Algo que la gran mayoría sabemos es que las imágenes pueden ser modificadas para volverse mucho más atractivas. Desde un retoque simple para ocultar unas ojeras, hasta una corrección completa de busto, nalga y cintura. Existen tantos programas de edición que puedes verte al final como una persona demasiado atractiva.
Instagram es una aplicación que está llena de mentiras o ilusiones. Piénsenlo. Al tener la posibilidad de jugar con los ángulos, el encuadre y la iluminación, las personas logran verse mucho mejor de lo que son en realidad. Puede que el perfil oculte una deformación en el costado izquierdo de la cara o una toma en picado elimina la papada de un hombre cuarentón.
Pero muchas personas creen lo que ven, pensando que la persona es así realmente y le escriben diciendo lo lindas/os que son, hasta pueden enamorarse de ellos con tan sólo verlos. Se imaginan lo bonito que será conocerlos y lo maravilloso que puede ser su relación. Fijándose sólo en la superficialidad de su imagen, que para colmo ni siquiera es 100% real.
Apreciar imágenes que son atractivas para la consciencia, produce placer, sin embargo, es una sensación artificial. Provocando así un amor platónico que ilusiona a la persona en querer estar con esa persona por su “linda” cara. Fijándose en lo superficial y basándose en como se ve para crear que es una maravillosa persona. La tecnología nos han vuelto tan superficial, mientras unos hacen lo que sea para verse bien en sus fotos otros idolatran lo que ven.
Estas personas son temerosas no pueden lidiar con la idea de no encontrar el amor justo como lo soñaban. Por eso una cara linda es un respiro a este solitario mundo que ataca de manera incesante. La culpa aquí no es de quien encontró su mejor pose o ángulo, el error es de quien se entrega a las sombras sin buscar la luz. Lo patético ahora es que no existen las cadenas que inmovilizan, aferrándose a lo no real. Por ello, enamorarse de una persona por su cuenta de Instagram no sólo es absurdo sino que también una paradoja que repetimos al menos desde tiempos pasados.
Quizá sea el momento de alejarnos un poco de las redes sociales y abrir los ojos hacia el mundo real, en donde la vista tiene plena facultad para apreciar y discernir sobre objetos y personas verdaderas. Así podrás elegir a la persona correcta para iniciar una relación.