El Alzhéimer es una enfermedad, que hoy padecen 45 millones de personas en el mundo y para 2050 se estima serán 130 millones, conviene distinguir primero entre deterioro cognitivo, demencia y alzhéimer.
El deterioro cognitivo es la disminución de las capacidades cognitivas: atención, memoria, lenguaje, etc. El origen puede ser muy diverso: una enfermedad neurodegenerativa como el alzhéimer, una infección en el cerebro, una encefalitis, un ictus.
La demencia es el deterioro cognitivo que tiene un grado tal que hace que una persona pierda su autonomía y precise de supervisión y ayuda para hacer tareas diarias como desayunar o salir a pasear.
La causa más frecuente de la demencia es la enfermedad de Alzheimer, pero tampoco es la única y el origen de la demencia no es el envejecimiento.
Evidentemente, señala la neuróloga, conforme avanza la edad es más probable tener alzhéimer, “pero no todo el deterioro cognitivo es una demencia, pero si toda demencia conlleva un deterioro cognitivo”.
Hay personas con problemas de deterioro cognitivo leve (memoria, atención.), pero eso no supone una pérdida de autonomía. Y es esa fase en la que hay que trabajar mucho para intentar que no empeore.
El alzhéimer es la demencia degenerativa primaria más habitual y tiene un curso progresivo. En los cerebros de personas afectas de demencia por enfermedad de Alzheimer se han identificado depósitos anormales de dos proteínas: la beta-amiloide y la tau.
Estas dos proteínas dañan los circuitos neuronales y finalmente la propia neurona, y se produce entonces una pérdida de volumen en el cerebro.
Resulta ilustrativo saber que en un centímetro cúbico de cerebro hay 27.000 neuronas y hay mil millones de circuitos neuronales o sinapsis.
Muchos estudios han demostrado que un estilo de vida saludable ayuda en la prevención de esta enfermedad neurodegenerativa, es por eso que el Alzhéimer se combate con mucho ejercicio y cero tabacos.
Juntando todos estos factores se ha estimado que un 30% de los casos de alzhéimer se pueden prevenir actuando sobre ellos.
Así lo afirma la neuróloga Carmen Terrón, coordinadora de la Unidad de Deterioro Cognitivo y Demencia, integrada en el Servicio de Neurología del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid, con ocasión de una jornada informativa titulada “¿Qué hay que saber sobre la demencia y la enfermedad de Alzheimer?”.
Esos datos están referidos a Europa, pero en el mundo, y de acuerdo a los estudios y estimaciones mencionados por Terrón, es el nivel educativo bajo el que más peso tiene, seguido del tabaquismo y luego ya sí el sedentarismo, la depresión, la hipertensión, la diabetes y la obesidad.
Refiere Terrón que los problemas de esta dolencia empiezan a desarrollarse “hasta quince (15) y veinticinco (25) años antes de que comiencen los síntomas y de ahí la importancia de la prevención”.
Por supuesto, el factor principal de riesgo es la edad y no es un factor modificable. Luego están también los genéticos.
En jornadas del Hospital de Nuestra Señora del Rosario, el neuropsicólogo Rubén Sebastián se ha detenido en las herramientas que se pueden utilizar para favorecer el funcionamiento cognitivo del cerebro, como son la estimulación cognitiva, el ejercicio físico y las relaciones sociales o actividades.