En toda relación nos encanta estar con alguien pueda demostrar sus afectos, que nos abracen cuando lo necesitamos. Pero no en toda relación las personas son de mostrar sus sentimientos. Algunas de ellas se molestan con sólo pensar en la idea de ser tocados. Pero para muchos expertos en el tema, todo tiene una explicación.
Todos nacemos con la necesidad de ser queridos. Nuestros padres son los que se encargan de siempre danos cariño, ser afectuosos con nosotros, calmarnos en los momentos de tristeza, hablarnos de forma dulce. El problema de esta falta de efecto hace que el niño desarrolle un rechazo ante la demostración de sus sentimientos.
El afecto implica cariño pero, en estas personas el miedo es el culpable de la situación. Miedo a ser defraudado, miedo a que se aprovechen. Convirtiéndose esto en un verdadero problema a la hora de querer empezar a mantener una relación con alguien.
Si eres ese tipo de persona, tienes que relajarte e intentar conocer cuál es la base de esa falta de afecto. Para así poder combatirlo y esforzarte por superarlo. Tampoco estamos diciendo que te entregues con los ojos cerrados hacia los demás. Las cosas deben comenzar poco a poco y dejar que fluya de manera natural.