Dime que no, aunque me duela, porque me hará esforzarme aún más por ganarme tu corazón.
Dime que no, pónmela difícil, porque cuando el amor llega fácil no se aprecia lo que se tiene.

Dime que no, dímelo tajantemente, por favor, para buscar una estrategia para el sí.
Porque cuando realmente se ama como yo te amo, un NO no es respuesta para el corazón.
Porque con paciencia, amor y ternura, se derrumban las barreras más grandes que pueden interponerse al corazón.
Porque cuando el destino obliga a dos personas a quererse, nada ni nada puede impedirlo.

Dime que no, amor, y ahí estaré de pie al cañón, de frente, luchando por tu corazón.
Así amamos los hombres de verdad, así somos los enamorados: románticos y testarudos.
Aunque nos duela en el alma, ahí estaremos hasta la batalla final por nuestro amor.
Dime que no, y deja la puerta abierta…